Se trata del teniente Marco Cortez, de 29 años e integrante de la escolta presidencial desde hacía 6 años, y de Fernando Blanco, de 53 años y concejal del municipio aragüeño Santos Michelena.

Fue trasladado al hospital Militar, «al que ingresó sin signos vitales», informó el Ministerio Público en un comunicado citado por el canal Globovisión y la agencia noticiosa EFE.

Asimismo, Fernando Blanco fue baleado esta mañana cuando salía de su casa por dos sujetos que se desplazaban en una motocicleta.

El Ministerio Público informó que designó fiscales para investigar ambos casos, cuyos móviles no fueron revelados

El Ministerio Público informó que designó fiscales para investigar ambos casos, cuyos móviles no fueron revelados, aunque en el caso de Cortez, Globovisión y el diario El Universal especularon con el intento frustrado de despojarlo de su automóvil.

Los crímenes de Cortez y Blanco se produjeron una semana después de que fuera asesinado, también a balazos, el mayor retirado Eliécer Otaiza, concejal del municipio caraqueño Libertador y exdirector de inteligencia nacional.

Pese a que el cadáver de Otaiza fue hallado muy lejos de donde apareció su camioneta, que se presume que fue robada, Maduro afirmó el jueves que el crimen del militar retirado «lo planificaron desde Miami sectores que tuvieron el poder mediático económico en Venezuela en el pasado».

El ministro de Interior y Justicia, general Miguel Rodríguez Torres, anunció el 22 de abril pasado que tres días después se pondría en marcha «la fase de expansión» del plan Patria Segura, lanzado hace un año y consistente en el despliegue de tropas militares en las calles con el objeto de reducir los altos niveles de criminalidad.

«El problema más importante que tiene nuestra sociedad por resolver es el vinculado a la criminalidad, la violencia, la llamada inseguridad, y si nosotros no superamos este problema, pienso yo, muy personalmente, no habremos hecho nada», afirmó Maduro al inaugurar el plan, el 13 de mayo de 2013.

LAS CIFRAS DE LA INSEGURIDAD

La inseguridad ciudadana es el segundo asunto de mayor preocupación para la mayoría de los venezolanos, sólo superado por el desabastecimiento y por encima de la inflación, coincidieron recientemente varias encuestas.

Las últimas estadísticas oficiales reportaron 16.072 homicidios en 2012, lo que equivale a una tasa de 54 por cada 100.000 habitantes y un aumento de 14 por ciento con respecto a 2011.

En noviembre de 2013, Rodríguez Torres advirtió que no se divulgarían nuevos datos oficiales de muertes violentas en el país hasta que «haya un pacto de respeto a la verdad» por parte de los medios de comunicación.

Poco después, la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Violencia afirmó que en 2013 la tasa de homicidios fue de 79 por cada 100.000 habitantes.

También en noviembre, Rodríguez Torres aseguró que gracias a la puesta en marcha del plan Patria Segura se había «logrado la reducción en dos delitos que son muy duros, el homicidio y el secuestro».

Sin embargo, el tema de la inseguridad volvió a conmover a Venezuela en los primeros días de este año, cuando la joven y popular actriz Mónica Spear y su esposo fueron asesinados a balazos dentro de su auto, en una autopista, y la pequeña hija de ambos quedó herida.

Al día siguiente de ese crimen, en una reunión con gobernadores y alcaldes de todo el país -incluso opositores-, Maduro admitió que la violencia criminal había tenido un «repunte peligroso» en los últimos meses y convocó a sus interlocutores a «construir» juntos «un nuevo modelo que enfrente verdaderamente este complejo problema».

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