El juez permitió el pago de los intereses correspondientes a los bonos que Argentina entregó a Repsol en resarcimiento por la expropiación de YPF, así como los títulos en pesos y dólares que se encontraban inmovilizados.

El juez Thomas Griesa dio marcha atrás de manera parcial con su medida de congelar los pagos de los bonos del canje, al autorizar -por única vez- a las entidades financieras que abonen a los bonistas que ingresaron al canje y que tienen en su poder títulos en dólares bajo ley argentina.

Al justificar la decisión, Griesa dijo que «no quiero interferir» en el pago de intereses de los bonos en dólares bajo ley argentina que se generaron producto del acuerdo derivado con Respol en resarcimiento por la expropiación de YPF, y que hoy se encuentran entremezclados en la mismas cuentas o «ISIN Number» (ARARGEO3E113).

Como esta autorización es «por única vez», a partir del 30 de julio «las partes deberán distinguir» entre los bonos de pago a Repsol y los del canje.

La decisión anunciada, controvertida desde todo punto de vista, dejaría a la Argentina en la situación insólita de un default selectivo forzado por el juez Griesa.

Por este motivo en las redes sociales comenzó a circular el término «Griefault» para designar esta especie de anomalía en la que un soberano realiza un pago de deuda y un magistrado la bloquea.

En base a la orden conocida este lunes, se desprende que cobrarán el pago realizado por Argentina el pasado 26 de junio los bonistas estadounidense, europeos y japoneses que tienen bonos del canje en dólares bajo ley argentina, mientras que seguirían sin cobrar los bonistas con títulos en dólares, euros y yenes bajo ley extranjera.

De esta forma, si Griesa no repone el «stay» -medida cautelar- de manera generalizada, el pago depositado por Argentina por 539 millones de dólares en el Bank of New York, que hoy están congelados en la cuenta del Banco Central, no podrán ser completados.

Y si no se consiguen garantías para que no se active la cláusula Rufo (que pone en igualdad de condiciones a fondos buitre y bonistas del canje), antes del 30 de julio, para el Gobierno será imposible alcanzar un acuerdo con los holdouts.

La nueva medida de Griesa obedece más bien a que el juez admitió implícitamente que se equivocó el pasado 27 de junio, durante la anteúltima audiencia celebrada en Nueva York, tras el pago efectuado por la Argentina, cuando permitió que el Citibank realizara pagos de bonos en dólares bajo ley argentina, de los canjes de deuda 2005 y 2010.

El Citibank realizó los pagos y giró fondos a sus clientes en Buenos Aires y a la caja de valores Euroclear en Nueva York, para pagarle a bonistas europeos. También hizo lo propio al JP Morgan en Tokio.

Pero estas últimas dos entidades frenaron los pagos a sus clientes porque entiendieron que si giraban los fondos, contravenían la orden del 23 de febrero de 2012, y la interpretación del «pari passu»- tratamiento igualitario- de Griesa, que fue avalada por la Cámara de Apelaciones.

Al argumentar la decisión de hoy, Griesa dijo que recibió «nueva información» la semana pasada, en la última audiencia celebrada el 22 de julio, y un nuevo documento del Citibank el día posterior, con detalles sobre esos fondos, que incluyen el pago con bonos generados para abonar intereses por el acuerdo con Repsol, y que los fonodos eran «indistinguibles» respecto de los valores en poder de bonistas reestructurados.

El fundamento dista de ser creible debido a que los documentos presentados por las partes involucradas en este juicio, advertían sobre la ruta de pago y los actores involucrados en esos pasos, dato sobre los que -al parecer- Griesa no habría pretado  atención.

En verdad, durante la audiencia celebrada la semana pasada, Griesa se anotició de que los pagos de bonos argentinos que había autorizado al Citibank, contenían también pagos de bonos del canje.

También se anotició de que el Bank of New York no era el único agente de pago de bonistas extranjeros, ya que el Citi giraba los pagos en en dólares de bonos bajo legislación argentina.

Por esta razón, los fondos buitre inmediatamente pidieron reconsiderar la medida de Griesa otrogada al Citibank, para que se frenen todos los pagos de bonos en dólares bajo legislación argentina, un universo de cerca de 8.100 millones de dólares, indistintamente de si eran o no títulos del canje.

La Argentina, para defenderse y también para reforzar la postura del Citibank, envió su posición ayer a Griesa en la que señaló  que esos bonos son «indistinguibles», y que el 72% de los fondos que reclaman los fondos buitre (6.100 millones de dólares) no corresponden al canje, debido a que tambíen había pagos de Repsol.

Así las cosas, advirtiendo que su medida resultó controvertida y errónea; de que los pagos no pueden distinguirse; y que algunos bonistas argentinos que tenían bonos con ley argentina en dólares ya habían cobrado, Griesa resolvió hoy permitir un pago de los bonos del canje, que estaban entremezclados, «por unica vez».

A partir del 30 de julio, el Citibank deberá distinguir los pagos, para evitar confusiones.

Y los próximos pagos de los bonos del canje, si los hubiere, serían congelados, o incautados por Griesa para destinarlos a los fondos buitre y los holdouts, dependiendo de los próximos acontecimientos.

La medida de este lunes es una muestra más de los pasos en falso que el juez está dando en esta contienda, donde la Argentina se juega  el éxito de su reestructuración de deuda, en la que ingresó el 93% del total de los acreedores.

%d