El Partido Socialista Brasileño confirmó a la extrapartidaria como su candidata para las elecciones del próximo 5 de octubre, en lugar de Eduardo Campos, fallecido en un accidente aéreo la semana pasada.

En una convención extraordinaria celebrada en Brasilia, el PSB designó como compañero de fórmula de Silva al jefe del bloque partidario en la Cámara de Diputados, Luiz Roberto «Beto» Albuquerque, informó la agencia de noticias EFE.

«Eduardo presente, Marina presidente», gritaron los militantes del PSB, una consigna destinada a convertirse en himno de la campaña proselitista que comenzará mañana.

La dirigente ecologista, quien obtuvo casi 20 millones de votos en los comicios de 2010, era candidata a vicepresidenta en la fórmula encabezada por Campos, con quien armó una alianza el año pasado, tras ver frustrado por la Justicia su intento de crear un nuevo partido político, Rede Sustentabilidade (Rede).

Pese a que Silva no hizo carrera en el PSB, la cúpula partidaria decidió en el último fin de semana elegirla como candidata a presidenta en fórmula con Albuquerque.

De acuerdo con medios locales, la opción por Albuquerque fue definida anoche, después de que fracasaran las gestiones de los dirigentes del PSB para convencer a la viuda del candidato, Renata Campos, a postularse a la vicepresidencia.

El presidente del PSB, Roberto Amaral, opinó que la viuda de Campos sería «la candidata de ensueño» para el partido, pero rechazó postularse, alegando que desea cuidar a sus cinco hijos.

Por su parte, Albuquerque, de 51 años, dijo que frente a la candidatura, ambos defenderán en la campaña las propuestas de gobierno presentadas por el líder muerto al caer el avión en que viajaban en la ciudad de Santos, vecina a San Pablo.

«No dejaremos por la mitad el proyecto iniciado por Campos, nosotros concluiremos este proyecto; ganaremos la elección para seguir el trabajo revolucionario que sirve de base para Marina y para mí; la muerte de Eduardo Campos no habrá sido en vano», afirmó.

No obstante, los analistas advierten diferencias entre Silva y su flamante compañero de fórmula. Campos mantenía estrechos vínculos con productores rurales del estado Rio Grande do Sul y en la década pasada apoyó un proyecto del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva destinado a liberar el cultivo de alimentos transgénicos en el país.

Silva -que fue ministra de Medio Ambiente de Lula entre enero de 2003 y mayo de 2008- está considerada como una «enemiga» del agronegocio en razón de sus firmes posiciones en defensa de la preservación del ambiente.

Además, el diario Folha de Sao Paulo reveló hoy que las últimas campañas de Albuquerque recibieron apoyo financiero de una empresa de pesticidas agrícolas, una fábrica de armas y una cervecera, y recordó que el estatuto del grupo Rede, de Silva, prohíbe a sus afiliados recaudar dinero de estos sectores.

Según una encuesta de Datafolha divulgada el lunes, Silva iniciará la campaña en el segundo lugar de la intención de voto, con 21 por ciento, apenas por encima del socialdemócrata Aécio Neves (20 por ciento) y sólo superada por la presidenta Dilma Rousseff (36 por ciento), que aspira a la reelección.

Para ese escenario, Silva superaría a Rousseff en la segunda vuelta, con 46 contra 43 por ciento de los votos.

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