El canciller reiteró «el llamado de la Argentina a que los Estados se abstengan de enviar armas a zonas en conflicto porque ello sólo contribuye a incrementar su intensidad y duración, y a poner en riesgo a la población civil».

Timerman representó a nuestro país en el debate “Amenazas a la paz y la seguridad internacionales causadas por actos terroristas”, presidido por la ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Julie Bishop, acompañado por la Representante Permanente ante las Naciones Unidas, embajadora Marita Perceval, según se informó mediante un comunicado de prensa de Cancillería.

También participaron el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon; el Ministro de Relaciones Exteriores y Asuntos Europeos de Luxemburgo, Jean Asselborn; el Ministro de Estado a cargo de Cooperación de Rwanda y los Viceministros de Relaciones Exteriores de Lituania y de la República de Corea y alrededor de 50 países miembros de las Naciones Unidas intervinieron en el debate.

El debate se centró en la cooperación internacional para luchar contra el terrorismo, incluidas las amenazas interrelacionadas que presentan los llamados combatientes terroristas extranjeros, el extremismo violento que puede conducir al terrorismo, Al-Qaida y el Estado Islámico en Irak y el Levante (ISIL).

«En la actualidad la amenaza del terrorismo es más clara que nunca y más necesarios que antes la implementación y fortalecimiento de mecanismos de cooperación eficaces y basados en el respeto mutuo»

Como resultado de la reunión, el Consejo adoptó una Declaración de la Presidencia en la que se reafirmaron las resoluciones anteriores en materia de lucha contra el terrorismo, al tiempo que se identificaron medidas prácticas para mejorar el intercambio de información entre Estados para combatir este flagelo y, en particular, evitar que ISIL, el Frente Al- Nusrah y otras entidades asociadas con Al-Qaida accedan a recursos y financiamiento que faciliten su accionar. Asimismo, el Consejo reafirmó el papel de las Naciones Unidas en la materia.

Durante su intervención, Timerman destacó que «en la actualidad la amenaza del terrorismo es más clara que nunca y más necesarios que antes la implementación y fortalecimiento de mecanismos de cooperación eficaces y basados en el respeto mutuo».

A su vez, afirmó que «la normalización mediática del horror y la aceleración de la violencia extrema no puede llevarnos a visualizar la respuesta militar como única o privilegiada opción para luchar contra el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, pues ésta ya ha mostrado sus limitaciones y fracasos».

Timerman agregó que «la Argentina es uno de los numerosos países que ha sufrido en forma directa el terrorismo», y puntualizó: «Nuestra sociedad, desde 1976 y hasta 1983, fue víctima de actos terroristas perpetrados desde y con el aparato del Estado por la más salvaje dictadura cívico-militar que hayamos vivido, responsable de crímenes atroces y de lesa humanidad».

«Segundo, vivimos ‘en carne propia’ la deshumanizada y terrible acción de grupos terroristas foráneos que, movidos por el odio, el fanatismo y la destrucción, cometieron dos atentados terroristas, en 1992 y 1994, contra la Embajada de Israel y la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas (AMIA)», señaló.

Asimismo hizo hincapié en que «la comunidad internacional tenía la responsabilidad, frente a una humanidad que se pretende quede paralizada por el espanto, de trabajar por la plena vigencia del Estado de Derecho en cada uno de nuestros países, y asumiendo la imperativa necesidad de construir un orden mundial equilibrado y justo, basado en el multilateralismo real y la cooperación».

«La convicción de la Argentina es que el terrorismo debe combatirse en el marco del Estado de Derecho y del respeto del debido proceso», expresó Timerman y resaltó que «es necesario que las medidas que los Estados adopten para combatir el terrorismo respeten cabalmente el derecho internacional, en particular el derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y el derecho de los refugiados».

En ese sentido, destacó que «estas medidas deben también respetar los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, como la soberanía, la integridad territorial, la independencia política de los Estados, y el principio de la no intervención en los asuntos internos».

Por último, destacó que «la realidad nos muestra que la decisión de algunos países de armar a los que definen como ‘freedom fighters’ hoy, mañana serán los ‘terroristas’ a quienes intentan combatir» y reafirmó «la convicción de la Argentina de que las Naciones Unidas, en tanto piedra angular del sistema multilateral, debe ser la organización que lidere la acción de los Estados en materia de lucha contra el terrorismo».

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