El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó hoy desde Hawaii, donde está de vacaciones por Navidad, el asesinato de dos policías en Nueva York ayer, en aparente venganza por las muertes sin castigo de los negros Eric Garner, en Nueva York, y Michael Brown, en Ferguson, Missouri.

Obama subrayó su «respeto» a las fuerzas de seguridad, mientras el supuesto autor fue encontrado muerto, aparentemente por mano propia, en una estación de subte cercana.

«Los agentes de Policía merecen nuestro respeto y gratitud cada día», subrayó Obama en el comunicado en que condenó la muerte de los dos policías tiroteados ayer en Brooklyn, informó el diario New York Times.

Previamente, el fiscal general de los Estados Unidos, Eric Holder, condenó el hecho como un «incalificable acto de barbarie» sin sentido alguno.

El asesinato se inscribe en un clima tenso donde la comunidad afroestadounidense se considera discriminada por los jurados que desecharon la presentación de cargos contra los oficiales blancos que mataron a los negros Eric Garner, en Nueva York, y Michael Brown, en Ferguson, Missouri.

El único sospechoso, hasta el momento, es el joven negro Ismaaiyl Brinsley, de 28 años, quien hizo saber previamente en las redes sociales que tomaría venganza por la muerte por asfixia de Garner.

El agresor se aproximó al coche patrulla de los agentes y les disparó. Antes había publicado en las redes sus motivos e intenciones. El cuerpo sin vida de Brinsley fue encontrado luego en la cercana estación Myrtle-Willoughby de la línea G del subte de Nueva York.

Según la cadena CNN, los dos policías fueron tiroteados ayer a quemarropa a plena luz del día, en pleno frenesí de compras navideñas, mientras patrullaban la concurrida avenida Myrtle en el barrio neoyorquino de Bedford-Stuyvesant.

La policía de Nueva York informó que los oficiales Rafael Ramos y Wenjian Liu se desplazaban en un auto policial debidamente identificado cuando el agresor abrió fuego sobre la ventanilla delantera derecha.

Los agentes recibieron los impactos en la cabeza y fueron trasladados al hospital Woodhull Medical Center en condición crítica, y finalmente fallecieron.

En la puerta del Woodhull Medical Center se concentaron decenas de policías en señal de apoyo a los agentes fallecidos y a sus familiares.

Brinsley había escrito en una cuenta de Instagram: «Hoy le pongo alas a los cerdos. Se llevan uno de los nuestros, nos llevaremos dos de ellos», y agregó los hashtags Shootthepolice RIPErivGardner (sic) RIPMikeBrown. («Tirarlealapolicía RIPErivGardner RIPMikeBrown») informó el New York Times.

«Para decirlo claramente, fueron asesinados, por el uniforme que llevaban», declaró el jefe de la policía neoyorquina, Bill Bratton, ante una conferencia de prensa en el hospital.

Según Bratton, Brimsley había estado a primera hora de ayer en la casa de una antigua novia en las afueras de Baltimore, Virginia, donde había disparado sobre ella y la había herido. Las amenazas contra los policías neoyorquinos fueron emitidas desde la cuenta de Instagram de la mujer y la policía de Baltimore informó a sus pares de Nueva York, pero la advertencia llegó al mismo tiempo que se cometía el crimen.

Según esas fuentes, Bratton tenía un historial de arrestos en el estado sureño de Georgia y relaciones en Brooklyn.

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