El gobierno de Brasil anunció que en el plebiscito para la reforma política que propone la presidenta Dilma Rousseff plantará el fin del financiamiento de las campañas políticas con aportes empresarios.

No puede haber financiación empresarial de campañas, porque de ese lugar nace la corrupción. Cualquier persona que vive la política sabe eso», dijo el secretario general de la presidencia, Gilberto Carvalho, durante un seminario.


Carvalho reiteró que los pedidos de las manifestaciones involucran cuestiones de una mejor calidad institucional. «No están pidiendo empleo, como en España», afirmó el funcionarios, citado por la agencia Ansa.

«Las autoridades debemos escuchar lo que dicen las calles, sería preocupante si alguien se hace el sordo», dijo Carvalho, amigo personal de Luiz Lula da Silba, líder político del Partido de los Trabajadores (PT) con peso ineludible en la coalición de gobierno.

El proyecto de reforma política fue lanzado por Rousseff el lunes pasado y tras algunas dudas sobre su realización, que aparecieron el martes, tras las consultas con instituciones civiles, la idea se ha fortalecido y domina la agenda de Brasil, junto con las manifestaciones populares.

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