Francisco llegó esta mañana a esa isla italiana, en un viaje que servirá para mostrar al mundo el drama de la inmigración y en el que rezará por todos aquellos que perdieron la vida en la travesía para alcanzar Europa.

Francisco decidió que sea un viaje discreto y sobrio, ya que es en «penitencia» por las muertes de los inmigrantes, y por ello no habrá saludos, honores, ni discursos de las autoridades.

El papa viajó en un avión Falcon 900 de la Aeronáutica militar que despegó del aeropuerto romano de Ciampino a las 8 (3 hora en Argentina).

Mientras se esperaba su llegada, una barcaza con 166 inmigrantes indocumentados a bordo llegó al puerto de esa pequeña isla italiana.

En el aeropuerto de la isla, la más meridional de Italia y a sólo 113 kilómetros de  las costas africanas, fue recibido por el arzobispo de Agrigento, Francesco Montenegro, y la alcaldesa de la isla, Giusi Nicolini, las únicas autoridades presentes.

Después Francisco se desplazará en coche hasta la Cala Pisana y desde allí se dirigirá en barco hacia el muelle Favarolo, donde desembarcan los miles de inmigrantes que cada año son rescatados en el mar.

Navegará escoltado por un centenar de barcas de pescadores y arrojará una corona de flores en memoria de los cerca 20.000 inmigrantes que se calcula perdieron la vida en el mar intentando llegar a Italia.

En el muelle le estarán esperando 50 inmigrantes, en su mayoría africanos y musulmanes, que están en el centro de acogida de la isla en espera de ser enviados a otros albergues similares para la tramitación de su petición de asilo o su repatriación.

Jorge Bergoglio se trasladará después en coche, una vieja ranchera descapotable que pertenece a un turista milanés, al estadio de fútbol isleño, donde a las 10 (5 hora en Argentina)celebrará una misa.

En su homilía, se espera que el papa pronuncie uno de los más importantes y duros mensajes desde que comenzó su pontificado en el que pedirá perdón por las culpas del mundo y de la Iglesia por la diferencia entre el norte rico y un sur que empuja a las personas a emigrar en busca de una vida mejor.

Después irá a la parroquia de San Gerlando, donde hará una breve parada, y posteriormente volverá al Vaticano, según despacho de EFE.

Para la celebración eucarística, el altar fue construido con una de las barcazas usadas por los inmigrantes para alcanzar la isla, y el báculo y el cáliz que utilizará el papa fueron tallados con maderas de dichas barcas por un artista lampedusano.

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