INTENSIFICARON SU PRESIÓN A COREA DEL NORTE AL DESPLEGAR CUATRO NUEVOS CAZAS Y PROHIBIR LOS INTERCAMBIOS CIVILES, COMO RESPUESTA AL RÉGIMEN DE KIM JONG-UN Y A LA PRUEBA NUCLEAR CON EL LANZAMIENTO DE UN COHETE ESPACIAL.

Cuatro F-22 Raptor llegados a primera hora de la mañana sobrevolaron la base de Osan, al sur de Seúl, en un entrenamiento conjunto en el que los aliados demostraron su «capacidad para aplastar cualquier provocación imprudente del enemigo», según expresó la Fuerza Aérea surcoreana.

Nunca antes EEUU había desplegado en Corea del Sur cuatro unidades del F-22, un avión de quinta generación que ocupa un papel principal en la Fuerza Aérea del Pentágono, lo que refleja la gravedad de la situación en la península coreana, informó la agencia de noticias EFE.

Corea del Norte realizó el 6 de enero su cuarto ensayo nuclear y el 7 de febrero envió un satélite al espacio, lo que la comunidad internacional considera una prueba encubierta ilegal de misiles de largo alcance.

El despliegue de los cazas se interpreta como una nueva exhibición de fuerza de Seúl y Washington frente al Estado comunista, después de que los aliados aplicaran las pasadas semanas sus primeras medidas militares de respuesta.

Tras la prueba nuclear de enero, EEUU envió un bombardero B-25 a Corea del Sur y después del lanzamiento espacial desplegó un submarino de propulsión nuclear y nuevos sistemas de misiles Patriot, mientras ambos ejércitos intensifican sus maniobras en tierra, mar y aire.

Corea del Norte, que defiende la naturaleza científica del lanzamiento espacial y considera las armas nucleares su principal recurso de autodefensa, todavía no reaccionó ante la escalada militar de sus «enemigos», aunque no se descartan próximas amenazas o acciones que puedan elevar aún más la tensión.

Y en esa misma línea, Moranbong, el grupo pop norcoreano más popular en el país, reapareció en un concierto en Pyongyang al que acudió el líder Kim para celebrar el lanzamiento del misil balístico.

La banda femenina, formada por unas veinte jóvenes artistas que en sus canciones alaban al régimen «juché» (autosuficiencia), hizo su primera aparición pública tras suspender su gira en China el pasado mes de diciembre por motivos que no trascendieron, informó hoy la televisión norcoreana KCTV.

Las Moranbong actuaron en el banquete celebrado por el 74 aniversario del nacimiento de Kim Jong-il, padre del actual líder, y al que acudió su sucesor Kim Jong-un, su esposa Ri Sol-ju, la nomenclatura del Partido de los Trabajadores y miembros del Ejército, según informó la agencia de noticias norcoreana KCNA.

El grupo de pop sinfónico, que emula a las bandas de K-pop de la vecina Corea del Sur, inició su actuación con imágenes del lanzamiento del cohete en un escenario iluminado con fuegos artificiales y en el que había una recreación del proyectil lanzado a principios de febrero.

Mientras tanto, el Gobierno surcoreano decretó hoy las últimas de una serie de medidas para ahogar económicamente al gobierno vecino como castigo por sus últimas aventuras nuclear y de misiles.

Seúl prohibió todos los intercambios civiles con Corea del Norte, incluidos los de entrega de ayuda humanitaria, rechazando las 17 solicitudes pendientes de organizaciones y particulares para viajar o enviar productos al país vecino.

El año pasado los envíos públicos y privados surcoreanos de ayuda humanitaria sumaron unos 22 millones de dólares, mientras los intercambios económicos totalizaron 2.700 millones de dólares incluyendo las operaciones en el complejo industrial conjunto de Kaesong.

El gobierno surcoreano cerró la semana pasada este polígono donde 54.000 obreros norcoreanos fabricaban productos para 124 firmas del Sur, en la que ha sido la más contundente medida de represalia.

La captación de divisas es de gran importancia para Corea del Norte debido al fuerte aislamiento de su economía, golpeada por anteriores sanciones de la ONU, por lo que Seúl parece apuntar al talón de Aquiles del régimen de Kim Jong-un.

De hecho, hoy el Ejecutivo de Park Geun-hye pidió a sus ciudadanos que eviten visitar restaurantes norcoreanos en el extranjero por motivos de seguridad, otra medida aparentemente destinada a bloquear fuentes de divisas de Pyongyang.

En los últimos años se popularizó entre los turistas y emigrantes surcoreanos en Beijing y otras ciudades de Asia visitar los cada vez más numerosos restaurantes de Corea del Norte, supuestamente operados por el Estado comunista.

Esto sucede mientras en Nueva York el Consejo de Seguridad de la ONU se debate sobre qué sanciones aplicar a Corea del Norte, teniendo en cuenta que tras las anteriores pruebas nucleares y de misiles ya cortó la mayoría de sus vínculos económicos con el exterior.

Corea del Sur y Estados Unidos exigen medidas contundentes para ahogar al país, cuyos suministros exteriores dependen en un alto porcentaje de China, su aliado histórico, y en menor medida de Rusia.

Precisamente, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, afirmó hoy que Pyongyang pagará «el precio necesario» por su «grave» violación de las resoluciones anteriores de la ONU.

Sin embargo, se espera que Beijing mantenga su hasta ahora moderada postura como miembro permanente del Consejo de Seguridad por el temor a que unas sanciones desproporcionadas generen inestabilidad en la vecina Corea del Norte.

Pero esto no es lo que piensan sectores del gobierno chino reflejados hoy en diario oficial Global Times, que advirtió sobre el riesgo de una posible guerra en la península coreana, en un editorial en el que apoya imponer sanciones contra Corea del Norte y pide destruir su arsenal nuclear «a pesar de su oposición».

El Global Times -diario oficial enfocado a temas militares- aconseja que China se prepare para «el peor escenario» en la península coreana y que, en caso que suceda, advirtió que su país no tendría «obligaciones morales» en este conflicto, ya que los otros actores implicados «no han seguido sus consejos».

El editorial también dice que China debe «apoyar firmemente» sanciones «más estrictas» contra Corea del Norte -aprobadas, eso sí, por el Consejo de Seguridad de la ONU-, además de contribuir en la «destrucción» de la «capacidad de desarrollo nuclear» de Pyongyang, aún incluso si el régimen de Kim Jong-un se opusiera a ello.

El Global Times también advirtió que «si una guerra se produce» los ciudadanos chinos no querrían que el conflicto, la «proliferación nuclear» o los refugiados atravesaran el río Yalu (frontera entre China y Corea del Norte).

El editorial también aconseja que China instale más «misiles avanzados» en el noreste de Asia a fin de mantener su poder de disuasión nuclear si Corea del Sur insiste en desplegar el sistema antimisiles THAAD estadounidense en su territorio como defensa ante Corea del Norte.

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