Este 25 de octubre se recuerda el hundimiento del buque Principessa Mafalda, en el que en 1927 el conscripto Bernardi actuó heroicamente para salvar muchas vidas. Su nombre, Conscripto Bernardi, el llevado por una de las progresistas localidades del Departamento Federal, que es gobernada por José Rubén Boxler.

La historia resume que el conscripto Bernardi, ex-tripulante de la fragata ”Sarmiento”, se portó heroicamente salvando muchas vidas. En su último minuto en el barco, cuando la alternativa era arrojarse al mar o hundirse con aquella mole herida de muerte, vio que un anciano vacilaba sobre la cubierta y le entregó su propio cinturón de corcho. Después, Bernardi sufrió un espantoso fin.

El buque tardó menos de 3 minutos en hundirse. Bernardi, Santoro y otras 9 personas quedan agarrados a una escala de desembarco, durante media hora. Abajo, esperan los tiburones… Están a 300 metros del barco  “Mosella” e intentan llegar a nado, única y última perspectiva. Sólo llegan Santoro –extraordinario nadador y de una resistencia física increíble- y el conde italiano Vicario Giúdici. Los restantes, incluido el héroe de 20 años, el conscripto que quería la vida y renunció a vivir por cumplir con su deber, eran abatidos por los tiburones, en una muerte horrible. A ese héroe de verdad, la Patria lo evoca con emoción y gratitud.

La Armada, en homenaje a este héroe argentino instituyó, en 1976, el día 25 de octubre como “Día del Conscripto Naval”, descubriendo un busto del mismo en la Base Naval de Puerto Belgrano. La  entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires impuso el nombre de Conscripto Bernardi a un pasaje que llega hasta la Avenida Juan B. Justo en el barrio de Vélez Sarsfield, entre Floresta y Villa Luro.

El domingo 23 de octubre de 1977 –dos días antes del cincuentenario del célebre naufragio- falleció en Buenos Aires uno de los sobrevivientes del hundimiento del “Principessa Mafalda”. Se trataba del suboficial principal de la Armada Argentina Juan Santororo. Una semana después del hundimiento, un enviado del diario argentino “La Nación” lo había entrevistado en Montevideo: “Un día antes –dijo el cabo Santororo- se dijo a proa y a popa que el buque hacía agua. Pocos momentos después se hizo un simulacro de salvamento. Y llegó el naufragio. Cuatro golpes formidables, un mazazo gigantesco en que parecía que habían tomado parte todos los elementos.

Se quebró el árbol de una de las hélices y ésta se vino hacia atrás, en tanto que el trípode giraba hacia la derecha, abriendo un rumbo en la popa”. Más adelante, contó Santororo: “Mi primer pensamiento en ese momento fue salvarme. Pero me acordé que era marino argentino y me presenté al comandante poniéndome a sus órdenes. Me puse a salvar a las mujeres y a los niños. A la hora y media se hundió el buque. Alternativamente, nadaba y me aferré a la borda de una lancha, hasta llegar al ‘Mosella’”. Y termina el conmovedor reportaje: “Pedí una lancha para ir en busca Bernardi, a quien había visto hacer prodigios de valor a bordo y luego en el agua. Se accedió a mi pedido y lo busqué, pero inútilmente”.

Ambos fueron condecorados por el gobierno argentino y el gobierno italiano.

El pueblo La Castellana fue creado por decreto del gobernador Miguel Laurencena con fecha 11 de noviembre de 1914. Su nombre original fue desplazado por el de la estación ferroviaria: Estación Conscripto Bernardi, denominada previamente Km 101. El decreto Nº 1754 del 31 de junio de 1969 creó la junta de gobierno, adoptando el nombre Conscripto Bernardi para el pueblo.

El nombre de la estación ferroviaria fue en homenaje al conscripto Anacleto Bernardi de la Armada Argentina, nacido en San Gustavo, que murió heroicamente el 25 de octubre de 1927 en el naufragio del barco Principessa Mafalda en las costas de Brasil.

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