El escándalo narco en Corrientes sigue sumando capítulos. Luego de que fuera detenido el intendente de la ciudad de Itatí, su vice, y más de una veintena de efectivos de seguridad, acusados de ser parte de una red dedicada a la venta de drogas, ahora se conoció otro caso de complicidad policial, en la localidad de Mercedes, de la cual es oriundo el gobernador Ricardo Colombi.

Trascendió la declaración de un efectivo de la policía en la que denuncia a sus propios colegas por encubrir a vendedores de estupefacientes de la zona, a cambio de coimas. Sin embargo, según Diario 1588, la presentación del uniformado habría quedado solo en un expediente administrativo ya que no se realizaron detenciones, allanamientos, ni ningún otro tipo de medida.

Este caso se suma al del escándalo en Itatí, por el cual están detenidos el intendente Natividad «Roger» Terán, su vice, Fabio Aquino, policías provinciales y federales, gendarmes y abogados involucrados en los hechos que se investigan. Y ocurre justamente en Mercedes, la ciudad que vio nacer a Colombi, cada vez más salpicado por los casos que vinculan al narcotráfico con el poder político y policial de la provincia.

La denuncia del suboficial fue ante el Fiscal de Instrucción, Correccional y de Menores de Mercedes, Andrés Aurelio Casarrubia. El pasado 7 de marzo se dirigió al Jefe de Policía, Eduardo Acosta, para informarle sobre la connivencia de integrantes de su fuerza con narcotraficantes en tierra mercedeña. Pero tras ese hecho no hubo avances, o al menos no trascendieron.

En su denuncia, el efectivo policial relata que estando en la puerta de su casa, a la espera de que lo pase a buscar un móvil, observó que un auto perteneciente a la Comisaría Distrito Primera, asignado a la Brigada de Investigaciones de esa dependencia, se detenía frente a una vivienda vecina donde un hombre dedicado a la venta de estupefacientes le entregó un sobre.

Mientras esto ocurría llegó al lugar el patrullero que debía recoger al efectivo y procedieron a intentar identificar a los ocupantes del vehículo -un Renault Megane blanco con vidrios polarizados- de la otra comisaria. Sin embargo, el auto se dio a la fuga.

Pero los hechos no terminan allí. Tras perder de vista al auto de la comisaría Primera, los efectivos se cruzaron con una camioneta de la misma dependencia estacionada frente a la casa de Cleomar Ramos, alias «Giorgi el Brasilero«, quien también se dedica a la venta de droga. Al percatarse de la cercanía del patrullero, la S-10 se retira raudamente del lugar.

En su denuncia, los policías de la Tercera deducen que ambos episodios se corresponden con el pago de sobornos a cambio de protección. Asimismo, declaran que «en la sociedad de Mercedes ya se viene comentando desde hace mucho tiempo» que el jefe de la Comisaría Primera, Marcos Daniel Toledo, a través de personal de la Brigada de Investigaciones -concretamente el cabo 1° Alejandro Insaurralde y el cabo Andrés Gómez Carlos- son «los encargados de cobrar coimas a los vendedores de estupefacientes».

Además, en el relato se menciona que el denunciante supo por un colega que Insaurralde llevó a un taller mecánico el Renault Megane blanco de vidrios polarizados y que uno de los trabajadores del lugar vio que debajo de la rueda de auxilio «varios panes» de marihuana.

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