Envalentonado con el resultado del escrutinio, el Gobierno prepara reuniones con referentes de la CGT que no verían mal reformar los Convenios Colectivos de Trabajo.

El resultado electoral del domingo, que pone a Cambiemos como principal fuerza política del país, tiene como efecto inmediato –además del aumento en los combustibles– que el Gobierno acelere su proyecto ajustar las condiciones laborales de millones de argentinos.

De acuerdo a la interpretación oficial, la abultada diferencia obtenida en las urnas en una elección nacionalizada, le da vía libre a avanzar en una reforma ‘a la brasileña’. Desde un importante sector de la CGT, además, parecen verlo de igual modo.

Según publica Ámbito.com, el Gobierno no dejó pasar muchas horas tras conocerse el resultado electoral para acelerar el paquete de reformas en la legislación laboral con una convocatoria a la CGT, que a su vez alienta un llamado del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, para iniciar las negociaciones.

Con los números a la vista y cuanto antes, los principales referentes cegetistas quieren dar muestras de colaboración sobre la agenda preacordada: un blanqueo laboral, el relanzamiento de las pasantías y una agencia evaluadora de tecnología médica para poner a salvo de juicios a las obras sociales.

Hay gremialistas, dice la citada fuente, que están dispuestos a debatir cambios en los Convenios Colectivos de Trabajo y pautas salariales que, en definitiva, sean acordes a las necesidades del oficialismo.

En definitiva, el Gobierno y el sindicalismo peronista coinciden en que el proyecto para regularizar a trabajadores informales necesariamente impactará en otras normas, como la de empleo, la de higiene y seguridad e incluso las indemnizaciones por despido.

Es decir que están dispuestos a transar derechos adquiridos durante los últimos 50 y cien años con el argumento de formalizar trabajadores. Algo visto en los 90 y algo que se ve en Brasil, sin resultados satisfactorios para el conjunto de los trabajadores. (minutouno)

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