Lo afirmó el secretario de Estado, John Kerry, quien manifestó que su país “no quiere ir a una guerra”, sino que apoya un ataque “limitado y a corto plazo” para reducir la capacidad armamentística del presidente Bashar Al Assad.

El ex senador y candidato presidencial se reunió en Londres con el canciller británico, William Hague, y en la conferencia de prensa posterior ratificó que hay “evidencia convincente” sobre el uso de armas químicas por parte del gobierno sirio.

“No es casualidad que todos los misiles partieron de territorio controlado por el régimen y todos cayeron en territorio de la oposición”, explicó Kerry, que también mencionó como pruebas los videos subidos a las redes sociales y los síntomas de los pacientes atendidos tras el ataque del 21 de agosto en los suburbios de Damasco.

“La pregunta es qué vamos a hacer con un dictador que amenaza al mundo: el riesgo de no actuar es mayor que el riesgo de actuar”, agregó el funcionario norteamericano.

Kerry afirmó que el conflicto en Siria “requiere una solución política”, pero comentó que “si una de las partes cree que puede usar con impunidad armas químicas que fueron prohibidas hace casi cien años, nunca se sentará a negociar”.

El secretario de Estado terminará de comparecer hoy ante el Congreso en Washington, intentando convencerlo de la necesidad de un ataque en el país árabe.

Aclaró que su país “no quiere ir a una guerra», sino que busca una intervención «limitada, específica y a corto plazo”, destinada a reducir la capacidad bélica de Assad.

Consultado por la prensa sobre qué acción podría evitar un ataque, Kerry brindó un plazo de una semana al presidente sirio “para entregar sus armas químicas a la comunidad internacional”.

Por su parte, Hague coincidió en que “la comunidad internacional tiene que prevenir futuros ataques químicos y exigir explicaciones a los responsables”.

“No puede haber una solución política en Siria si Assad está determinado a erradicar a la oposición moderada”, añadió y mencionó que una conferencia de paz en Ginebra “debe llevar a un gobierno de transición y a elecciones en Siria”.

Pese a que el Parlamento británico votó en contra de participar de una intervención militar, el canciller comentó que “los esfuerzos conjuntos entre el Reino Unido y Estados Unidos permanecen intactos” en temas como la ayuda humanitaria y el apoyo a la oposición siria.

Mientras los funcionarios realizaron la conferencia en la sede del Foreign Office, en el centro de Londres, un grupo de manifestantes pacifistas protestó con carteles que exigían la no intervención en Siria.

“Aprecio el pensamiento de esta gente que está en contra de una guerra, pero creo que sería bueno que le digan a un dictador que no puede usar armas químicas para matar a su propia gente”, expresó Kerry.

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