Pese a que las portadas de los diarios le dieron el crédito al presidente Macri, fuimos las feministas en las calles y organizadas las que empujamos la discusión.

“Macri dio vía libre para que se debata una ley de aborto en el Congreso”, tituló el diario Clarín el jueves. En la misma línea lo siguieron La Nación, Infobae y otros medios. Aunque el título rimbombante intentaba llamar la atención de la maniobra de la Alianza Cambiemos para no quedarse afuera del tema que convoca masivamente en las calles y en el que la opinión pública tiene consenso; no es cierto que el presidente dio vía libre. Somos las feministas en las calles y organizadas quienes abrimos un camino con activismo constante para que la sociedad en su conjunto pueda empujar la discusión legislativa del derecho a las niñas, adolescentes, mujeres y personas con capacidad de gestar a decidir sobre sus propios cuerpos.

Por otra parte, el anuncio que ocupó la tapa de los diarios, rápidamente empezó a volverse evanescente cuando se supo que el oficialismo no quiere dar quórum a la sesión especial pedida para el 8 de marzo con el objetivo de tratar este tema.

La noticia encierra una trampa porque viene acompañada de la intención del gobierno de debatir sobre aborto pero también la asignación para embarazadas y la aceleración de la adopción, dos temas que no tienen que ver con un tema que debe tratarse como una problemática de salud pública y derechos humanos.

A su vez, no hay que olvidar que en 2012 cuando Macri era jefe de gobierno porteño vetó la ley de aborto no punible que había votado la legislatura. ¿Entonces? ¿Vía o libre o oportunismo? No lo sabemos. Pero es una oportunidad histórica que el feminismo no va a desaprovechar.

Es la tenacidad de la militancia tejiendo alianzas insólitas desde distintos ámbitos como las redes sociales o los medios masivos de comunicación quienes dieron “luz verde” al debate . Hay una historia de activismo que por momentos es subterfugio y por otros más visible que hace que el debate legislativo sea inminente.Son décadas de aportar información útil, derribar mitos y prejuicios, sostener la demanda.

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito se conformó hace trece años en uno de los Encuentros Nacionales de mujeres que se realizan hace más de tres décadas en Argentina. En esos espacios se tejen articulaciones, redes y se piensan estrategias para intervenir políticamente en la realidad social. Desde la Campaña surgió una propuesta legislativa en torno a la interrupción voluntaria del embarazo que el 6 de marzo se presentará por séptima vez después de haber perdido estado parlamentario en las otras oportunidades.

No fue Macri, entonces. Fue el feminismo organizado que también traccionó para que el tema llegara a más personas con la magnitud de las manifestaciones de los últimos años convocadas para exigir Ni Una Menos. Desde aquel histórico 3 de junio de 2015 el pañuelo verde de la Campaña estuvo presente en las marchas desde lxs oradores hasta las columnas contundentes.

Según las últimas cifras oficiales, en 2016 murieron 46 mujeres por abortos inseguros. El aborto es una realidad de las mujeres: se practican alrededor de 500 mil al año, lo que se traduce en un promedio de 1200 por día. Y es la principal causa de mortalidad materna.

Aunque el aborto es legal desde 1921 en casos de violación y cuando peligra la salud o la vida de la persona gestante, esta normativa no se cumple y además de muertes evitables, la falta de una legislación se transforma en criminalización. Como fue el caso de Belén, presa por un aborto espontáneo casi tres años en Tucuman.

También es pertinente pensar el tema en relación a la clase y mirando el aborto en términos económicos. En 2014, la caja de 16 comprimidos de Oxaprost para llevar adelante un aborto con pastillas de manera segura formaba parte de Precios Cuidados, con un precio sugerido de $452. En 2018, la caja de 20 comprimidos tiene un valor aproximado de $2800. “Las ricas abortan, las pobres mueren”, se repite una y otra vez.

¿Qué dudas caben que se trata de un debate urgente y la gran deuda de la democracia con las mujeres? La respuesta frente a un gobierno de derecha que dice aceptar el debate en el Congreso, es más feminismo.

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