El secretario general de la ONU pidió llevar a los responsables ante la Justicia. Aseguró que los resultados son indiscutibles y abrumadores. Apoyo al acuerdo entre Rusia y Estados Unidos.

Ban Ki-moon presentó un esperado informe de un equipo de expertos que confirmó el uso de gas sarín en un ataque en Siria a fines del mes pasado, pero adelantó que «son otros los que tienen que decir quién las usó y determinar responsabilidades».

Luego de presentar el informe ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Ban habló ante la prensa y condenó el ataque con gas sarín del 21 de agosto, que dejó 1.400 civiles muertos, lo calificó como «un crimen de guerra» y advirtió que «no puede quedar impune», informó la agencia de noticias EFE.

El secretario general de la ONU informó que la misión de expertos independientes que viajó en agosto pasado a Siria «confirmó, de manera objetiva e inequívoca, que se usaron armas químicas» en el bombardeo en Ghouta, cerca de Damasco, y aseguró que «se trata del peor ataque con armas químicas contra civiles del siglo XXI».

«Insto al Consejo de Seguridad a actuar inmediatamente. Después de dos años y medio de tragedia, es tiempo que el Consejo de Seguridad muestre liderazgo», reclamó el secretario general de la ONU en referencia a la guerra civil que azota a Siria y ya dejó más de 100.000 muertos y cerca de dos millones de refugiados.

A lo largo del conflicto sirio, el Consejo de Seguridad no emitió ninguna resolución relevante debido a un enfrentamiento entre los miembros permanentes con poder de veto.

Por un lado, los aliados declarados de las milicias sirias que intentan derrocar al gobierno de Bashar Al Assad -Estados Unidos, Francia y Reino Unido-, y, por el otro lado, el socio incondicional de Damasco, Rusia, y China, siempre reticente a autorizar una intervención militar en otro país.

RECEPCIÓN DEL INFORME

Mientras el embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, pidió a sus colegas occidentales que no se «precipiten» y den tiempo a «leer el informe», su par estadounidense, Samantha Power, esbozó su propia interpretación del texto presentado por Ban.

«El mandato de la misión no era investigar quién empleó las armas químicas, pero los detalles técnicos del informe dejan claro que sólo el régimen sirio pudo lanzar ese ataque», aseguró ante la prensa Power.

Estados Unidos ya había dicho que en el ataque en Ghouta se habían usado armas químicas y que no tenía dudas de que el gobierno de Al Assad era el responsable.

Durante semanas, el presidente estadounidense, Barack Obama, promovió la idea de un ataque militar contra Siria en castigo por haber usado armas químicas en Ghouta, pero luego tuvo que suspender los planes por falta de apoyo político tanto dentro su país como de parte de otras naciones.

La misión de expertos de la ONU había llegado a Damasco el 18 de agosto, tras meses de esperar la autorización del gobierno sirio, para investigar otros supuestos casos de uso de armas químicas contra civiles, denunciados por los dos bandos.

Tres días después de su llegada, la oposición siria denunció el ataque en Ghouta, en la periferia este de Damasco, por lo que la oficina de Ban pidió a los expertos que se concentraran sólo en esa zona.

Durante cinco días, el equipo encabezado por el profesor sueco Ake Sellström entrevistó a médicos, testigos y sobrevivientes, tomaron muestras de sus cabellos, sangre y ropas, y del suelo en Ghouta.

El 85% de las muestras de sangre que fueron analizadas confirmaron que las víctimas habían estado expuestas a gas sarín, mientras que 34 de los 36 pacientes seleccionados para el informe  mostraron evidencias de envenenamiento, según explicó ante el Consejo de Seguridad el secretario general de la ONU.

El diplomático surcoreano también detalló que algunas de las víctimas del ataque de Ghouta presentaban restos de «compuestos organofosforados» y síntomas «claros» asociados al sarín, como «pérdida de conciencia, dificultades respiratorias, visión borrosa, vómitos y convulsiones».

«Mi deseo es que este incidente sirva como una llamada de atención para redoblar los esfuerzos que permitan resolver este conflicto y poner fin al insoportable sufrimiento de la población civil», pidió el máximo líder de la ONU ante el Consejo de Seguridad.

Este órgano debe en los próximos días convertir en una resolución un acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y Rusia el sábado en Ginebra, que establece un cronograma para que el gobierno sirio entregue y destruya todo su arsenal químico para mediados del año próximo.

La iniciativa, ya aceptada por Siria, fue promovida por Rusia como alternativa al ataque que planeaba Estados Unidos.

Mientras Alemania propuso llevar el tema del uso de las armas químicas ante la Corte Penal Internacional en La Haya, Washington y sus aliados europeos están determinados a condicionar el cronograma a posibles sanciones militares contra Damasco, una posibilidad que Moscú sigue rechazando.

«Ahora -sentenció Ban- la unidad del Consejo de Seguridad será crítica».

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