El Parlamento de Portugal decide si despenaliza la eutanasia. Los diputados debaten este martes cuatro proposiciones de ley y el resultado es impredecible. Los dos grandes partidos, el socialista y el PSD, han dado libertad de voto. Delante de la Asamblea de la República un grupo de manfiestantes ha protestado en contra de la eutanasia.

Ana Figueiredo está favor. Su padre se quitó la vida hace cuatro años tras sufrir un cáncer, antes había pedido el suicido asistido a los médicos.

«Pegarse un tiro en la cabeza para detener su propio dolor, porque ya no podía soportalo y no tenía ninguna esperanza aunque su vida estaba llena de esperanza, no es digno para nadie», ha dicho.

En la calle hay opiniones divididas. Según el Vaticano, el 89% de la población en Portugal es católica. El cardenal Manuel Clemente ha pedido a los políticos que escuchen las manifestaciones sociales que dicen «no» a la despenalización de la eutanasia.

«Estos señores quieren que nos convirtamos en ejecutores de la muerte de los que sufren. Eso es lo que está en juego y no queremos eso», ha destacado esta manifestante que se opone a la eutanasia.

El presidente del país, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, no ha tomado ninguna posición.

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