Empleados municipales de esa ciudad, que estaban por colocar nueva luminaria LED en el monumento histórico «El Guinche», escucharon los gritos desesperados desde el mirador del Balneario Municipal: «Ayuda por favor, ayuda una mujer se tiró al agua».
En medio de la confusión reinante y de los gritos desesperados de la gente que empezaba a agolparse en la zona, llegó una embarcación de la Prefectura Naval Argentina. Sin embargo, el personal de la fuerza no se decidía a arrojarse al agua. Fue así que la mujer desapareció por unos instantes de la superficie.
«Manoteala que se te va. Tirate», reclamaba insistentemente a los prefectos la gente que se hallaba en la costa.
Fue entonces, ante la demora, que Claudio «Cope» Fernández, jefe del taller eléctrico municipal no dudó en arrojarse para ir a socorrerla. Lo siguió Cristian García, un vecino que estaba con su familia disfrutando de la Costanera.
Ante lo que parecía una situación irreversible, la señora alcanzó a sacar el brazo y se ejecutó el rescate.
Para todo esto, en la costa aguardaba una estudiante de enfermería, Gisela Ifran, de María Grande que se ofreció a brindarle los primeros auxilios mientras se esperaba el arribo de la ambulancia. La mujer estaba de visita en Santa Elena, tras un reposo a raíz de un problema de salud. Su pareja e hijos insistieron en aprovechar el viaje comercial del marido para despejarse, y resultó siendo participe salvando una vida, según la crónica publicada por Nicolás Omar Rios.