La posición que adopte el Intendente de Paraná será clave para resolver la interna radical. La instancia partidaria le sirve a Varisco para demostrar su poderío dentro del partido en el que fue sancionado.

Es un clásico dentro de los armados internos del radicalismo: nadie sabe con exactitud cómo terminará jugando Sergio Varisco. El intendente de Paraná tiene por costumbre mostrar sus cartas sobre el filo del plazo de presentación de listas.

Para la interna que renueva autoridades en la UCR de Entre Ríos, ese plazo se cumple este jueves a las 20. Y esta no es una interna más para Varisco.

La instancia partidaria encuentra al intendente de la capital provincial en la peor crisis de su vida política. Por lo que todo el país sabe: su procesamiento en una causa que investiga presuntos vínculos de su gestión con el narcotráfico y que tiene detenidos al concejal Pablo Hernández y la funcionaria Griselda Bordeira, ambos históricos referentes del varisquismo.

El conjunto de la dirigencia radical quiere evitar esta interna, que tiene fecha de elecciones el 28 de octubre. Nadie cree que sea una buena idea en medio de la peor crisis económica que golpea a Cambiemos.

 Pero, para que eso ocurra, debe haber acuerdo en torno a quien conducirá el partido en el proceso electoral del año que viene, cuando se votan todos los cargos electivos provinciales: gobernador, intendentes, senadores departamentales, diputados provinciales, concejales en cada una de las ciudades.

A diferencia de 2016 -cuando la conducción partidaria de la UCR se renovó por consenso y en el horizonte electoral estaba la elección de cinco diputados nacionales por Entre Ríos en 2017- esta vez viene por delante una elección general, donde habrá muchos cargos por negociar.

Para qué

A la dirigencia radical que no tiene candidato a gobernador, esta interna le sirve para ganar volumen político y poder de negociación en el armado de las listas para las elecciones provinciales.

A esa regla, que rige en el radicalismo para una circunstancia de normalidad, Varisco suma su especial necesidad de recuperación política. Entiende que, si va a internas, gana con comodidad en su territorio, aunque en el resto de la provincia su candidato, Jorge Lacoste, pueda perder.

Un triunfo en Paraná le ratificaría su pertenencia a la UCR y a Cambiemos, luego de que el Comité Nacional de la UCR le suspendiera su afiliación por el escándalo nacional que constituyó su procesamiento.

Varisco no muestra sus cartas. Nadie sabe si se empecinará con ir a una interna que le revalide sus títulos al interior de la UCR, o se contentará con lo que ya ha demostrado: que la dirigencia radical de Entre Ríos tiene que ir a hablar con él para evitar la interna.

Reparos

Algunos conocedores del paño radical opinan que una interna expondría a Varisco en su delicada situación; que sería más lo que perdería que lo que ganaría, aún en el caso de un triunfo provincial de Lacoste.

Creen que el desafío del Intendente pasa, en esta etapa, por potenciar su gestión en la Municipalidad, antes que “enredarse” en una interna.

Otros opinan que Varisco ya hizo lo que tenía que hacer para recuperar poder hacia el interior de la UCR; para demostrar que, aún en la adversidad, sigue siendo en la capital provincial el dirigente con más gravitación dentro Cambiemos.

Y así parece confirmarlo la cautela que observó la dirigencia radical de Entre Ríos frente a la situación de Varisco. El Intendente intentó, sin éxito, que el Comité Provincial desconociera la sanción partidaria nacional. Pero el Comité Provincial no se reunió para ratificar la suspensión de su afiliación. No salió a respaldarlo, pero tampoco a hundirlo.

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