El jefe de la ASN, Keith Alexander, dejará su cargo en los próximos meses, confirmó la Casa Blanca, que no obstante,negó que la decisión esté vinculada con los escándalos provocados por las filtraciones de Edward Snowden.

«Puedo confirmar que hace varias semanas el general Alexander le dijo al presidente (Barack Obama) que quiere dejar su puesto en la primavera (otoño argentino) de 2014», respondió el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, ante la insistencia de los periodistas, según informó la agencia de noticias DPA.

La noticia se había filtrado esta semana a los medios estadounidenses, quienes inmediatamente vincularon la salida del general Alexander a la ola de conflictos diplomáticos y escándalos mediáticos que provocó Snowden, un ex técnico de inteligencia que tranajó para la NSA.

«La respuesta es no», sentenció Carney cuando le preguntaron si la renuncia del jefe de inteligencia estaba relacionada con las masivas filtraciones realizadas por el joven Snowden, que a mediados de este año dejó su trabajo en Hawaii y, después de varios meses de presiones diplomáticas, se refugió en Rusia.

Alexander, un general de cuatro estrellas, está desde hace casi ocho años al frente de la NSA, el más poderoso de los 16 servicios de espionaje estadounidenses.

Además, dirige el servicio secreto exterior militar CSS y el cibercomando, el nuevo servicio de inteligencia norteamericano para la lucha contra el llamado ciberterrorismo. A sus órdenes están decenas de miles de soldados, espías, informáticos y matemáticos.

Alexander, un general de cuatro estrellas, estaba desde hace casi ocho años al frente de la NSA

Pese a las revelaciones que permitieron las filtraciones hechas por Snowden en los últimos meses, la NSA sigue siendo una de las agencias estatales más secretas de Estados Unidos.

Prueba de ello es que el diario The Washington Post informó hoy que esta agencia de inteligencia militar tiene un papel más importante en las «operaciones antiterroristas» de lo que se sabía hasta ahora.

Según información extraída de documentos filtrados por Snowden, los programas de aviones no tripulados, más conocidos como drones, «dependen en gran parte de las capacidades de la NSA para interceptar grandes cantidades de emails, llamadas telefónicas y otro tipo de señales de inteligencia», informó el diario. Carney evitó referirse directamente al artículo del Post.

«La NSA es una agencia de inteligencia cuyas actividades están dirigidas contra objetivos de inteligencia extranjeros válidos en respuesta a las necesidades de líderes estadounidenses para proteger al país y sus intereses de amenazas como el terrorismo o la proliferación de armas de destrucción masiva».

Como ejemplo del rol central de la NSA, The Washington Post recordó el ataque de octubre de 2012 en el que un dron mató a un líder de Al Qaeda, Hassan Ghul, según denunció la prensa internacional.

Ghul había sido localizado a través de un programa de ciberespionaje, operado por una unidad especial de la NSA que pasó todo un año siguiendo las huellas electrónicas del islamista y sus colaboradores para lograr acceso a sus sistemas y aparatos electrónicos.

Hasta el día de hoy, el gobierno del demócrata Obama no sólo no confirma las violaciones al derecho internacional y local que revelaron los documentos filtrados por Snowden, sino que además sigue negando cientos de muertes causadas por sus ataques con drones, entre ellas, la de Ghul.

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