Manifestantes prorrusos y simpatizantes del nuevo gobierno proeuropeo de Kiev midieron fuerzas en cuidades del este de Ucrania y de la península de Crimea, mientras la ocupación militar rusa continuó avanzando sobre esa estratégica región sobre el Mar Negro.

Bien temprano a la mañana tropas uniformadas sin insignias tomaron un nuevo puesto fronterizo ucraniano en el oeste de Crimea con 30 hombres adentro, según informó un vocero de la guardia fronteriza, Oleh Slobodyan.
El funcionario no dudó en afirmar que los soldados que tomaron las instalaciones eran rusos e informó que las tropas vecinas ya controlan 11 puestos fronterizos en toda la península ucraniana, una región autónoma que fue cedida a Kiev por la extinta Unión Soviética y, por eso, aún vive una mayoría de ruso parlantes.

Mientras la avanzada militar rusa se mantiene, la presión de manifestantes prorrusos continúa escalando en Crimea, pero también en el este de Ucrania.
En Simferopol, la capital de Crimea, unas 8.000 personas se congregaron en la plaza de Lenin para apoyar la «reunificación» de la península y Rusia con banderas y carteles que rezaban: «Crimea no es Ucrania» y «Por el futuro de Crimea con Rusia», informó la agencia de noticias EFE.

Pese a la creciente escalada en el este del país y en la península de Crimea, el nuevo gobierno prooccidental en Kiev reiteró que «no tiene planes» de movilizar sus tropas y que no cederá «ni un centímetro de su tierra» a Rusia

A unos kilómetros de allí, varios cientos de personas se reunieron alrededor del monumento del poeta y héroe nacional ucraniano, Taras Shevchenko en la ciudad de Sebastopol, para rechazar el avance de Moscú sobre la península.
Los manifestantes, arropados por banderas ucranianas, gritaban «no quiero ser soviético» y llamaban a votar por el No en el referendo convocado por el gobierno de Crimea el próximo domingo para decidir si se separan de Ucrania y se unen a Rusia.
Mientras Kiev y las potencias occidentales sostienen que el referendo secesionista no tiene ningún fundamento legal, el presidente ruso Vladimir Putin dejó entrever hoy en conversaciones telefónicas con la canciller alemana, Angela Merkel, y el premier británico, David Cameron, que su gobierno respetará la decisión del pueblo crimeo.
«Putin subrayó que los pasos que dan las legítimas autoridades de Crimea se basan en el Derecho internacional», informó el Kremlin a través de un comunicado.
Según informaron medios locales, un grupo de manifestantes prorrusos se movilizó en Sebastopol hasta donde estaba la marcha pro Kiev y se registraron algunos enfrentamientos, aumentando la tensión que se respira en la segunda ciudad más importante de Crimea y la sede de la Flota rusa del Mar Negro.
En el este del país, en tanto, los grupos prorrusos también hicieron sentir su presencia y su fuerza.
En la ciudad de Donetsk, cercana a la frontera con Rusia, varios miles lograron tomar nuevamente la sede del gobierno local, izar la bandera rusa y evitar un discurso público de Vitali Klitschko, el ex campeón de boxeo que lideró las multitudinarias protestas en Kiev que terminaron el mes pasado con el gobierno del presidente prorruso Viktor Yanukovich.
La ciudad de Donetsk se hizo conocida en los últimos días por el «baile de banderas» que se ofrece en la sede gubernamental ya que las autoridades que controlan el edificio cambian día por medio, alternándose entre la bandera ucraniana y la rusa.
Una situación similar se empezó a vivir en Lugansk, una ciudad al noreste de Donetsk, también muy cerca de la frontera con Rusia.
Allí dos marchas se enfrentaron y luego de algunos choques, los más de 3.000 manifestantes prorrusos se impusieron, tomaron la plaza central y luego bloquearon la sede del gobierno local, ante la mirada atónita de 150 policías.
Luego de horas de bloqueo, los manifestantes lograron tomar el palacio de gobierno local y expulsar al nuevo gobernador de la región de Lugansk, Mijail Bolotskij, designado por las nuevas autoridades interinas en Kiev, que asumieron apenas unas semanas atrás, luego de destituir a Yanukovich.
Según medios locales, una vez tomado el edificio, los manifestantes izaron la bandera rusa y cantaron el himno nacional de la potencia vecina, informó la agencia de noticias DPA.
Pese a la creciente escalada en el este del país y en la península de Crimea, el nuevo gobierno prooccidental en Kiev reiteró hoy que «no tiene planes» de movilizar sus tropas y que no cederá «ni un centímetro de su tierra» a Rusia.
Sin embargo, por ahora, el único apoyo real que tiene para enfrentar a la potencia vecina es la promesa de Estados Unidos y la Unión Europea de que no aceptarán la anexión rusa de Crimea y que si Moscú avanza en ese sentido, le impondrá sanciones más fuertes.
En un nuevo gesto de apoyo, el presidente estadounidense Barack Obama recibirá el próximo miércoles en Washington al primer ministro interino de Ucrania, Arseni Yatseniu, el tecnócrata proeuropeo que asumió el poder en Kiev tras derrocar al gobierno prorruso de Yanukovich.

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