Manuel Vásquez y Sebastián Fernández, de 22 y 25 años, son rastreados por los investigadores que, tras reunir pruebas científicas y testimonios, apuntalaron las sospechas contra ambos.

“Desde que empecé a ser lo que soy yo siempre di que hablar”, escribió en su muro de Facebook Manuel Vásquez, uno de los jóvenes buscados por la Policía junto a Sebastián Fernández, sospechosos por el homicidio del docente Claudio Vera. A partir del testimonio de un hombre que tuvo un encuentro y habría sufrido un robo por parte de ambos, se esclareció el panorama en la pesquisa, y hoy se dictará el pedido de captura por parte de la Justicia. A esto se sumaron las pericias informáticas, huellas dactilares y otro testimonio clave, que permitieron tener la certeza necesaria para, luego de ser detenidos, incriminarlos en el asesinato. Aún no los encontraron, ya que se habrían ido de Paraná, por lo que se estima que la búsqueda se extenderá durante un tiempo.
Cuando se descartó la primera hipótesis, respecto de un hombre que está detenido por perpetrar un robo con características similares al asalto a Vera horas después y a pocas cuadras, un hombre que también es docente se acercó a la Policía para contar lo que le sucedió. Dijo que en marzo se encontró con los dos jóvenes, quienes se quedaron a dormir en su casa, y al día siguiente cuando se levantó observó que se habían ido y le robaron muchas pertenencias.
Aportó los nombres, que fueron revisados en el archivo de antecedentes de la Policía, y allí estaban. Las huellas fueron cotejadas con las levantadas en el lugar del hecho y el resultado fue positivo, lo que los ubica en la escena del crimen. Además, en el departamento habría ropa de ellos, quienes a su vez se fueron con prendas de vestir de la víctima, como una remera del Indio Solari, a quien Claudio fue a ver a Gualeguaychú el fin de semana anterior a su muerte.
Además, surgió otro testimonio fundamental: un hombre que supo estar preso dijo que los vio días después del homicidio, le contaron que “se mandaron una cagada”, y uno de ellos tenía puesta la remera mencionada.
Las pericias informáticas arrojaron otro dato importante: uno de los sospechosos mantuvo un contacto vía chat con la víctima el domingo 20 de abril, día del homicidio. A su vez, uno de ellos escribió en el muro de su Facebook palabras que resultarían elocuentes: “Yo me arriesgo a morir en guerra o a caer preso, cada día que pasa festejo que sigo vivo, si algo me sale mal miro para adelante y sigo la gloria y el éxito es lo que persigo”. Además, la novia también publicó una despedida cuando se enteró de que se iba, presuntamente al saber que lo iban a comenzar a buscar.
Por otro lado, en la casa de uno de los sospechosos se secuestraron cinco pares de zapatillas. Todas fueron peritadas y una de ellas podría estar relacionada a una huella levantada en la escena del crimen.
Para preservar pruebas y medidas de la investigación judicial, UNO publica la foto de ambos con los rostros tapados.

 

El querellante destacó las pruebas científicas del caso
La familia de Claudio Vera se presentó como querellante en la causa mediante el abogado Marcelo Baridón, quien dijo que se encuentra a la expectativa de las próximas novedades de la investigación y destacó el trabajo científico en la pesquisa. “La expectativa es que la Policía ha pegado un giro interesante sobre sus propios pasos y ha acumulado evidencia con métodos científicos, que según los investigadores le permiten endilgar la comisión del crimen de Claudio a determinadas personas, abandonando estos métodos ya por todos conocidos que han sido nefastos, no solo para la institución policial sino para la República en general, que son la búsqueda de candidatos por portación de cara, por domicilio, porque se encuentra en un archivo, en los calabozos de la comisaría quinta, en fin, distintos mecanismos que para nada tienen que ver con la evidencia científica o los criterios legales de la imputación. Desde esta perspectiva nosotros como auditores de la causa, como exigentes de la búsqueda de responsables, estamos a la expectativa”.

 

En este sentido, remarcó: “La Policía en estos últimos 10 años ha hecho fuertes inversiones en el área de Criminalística, de Laboratorio, en Inteligencia Criminal, en investigaciones por medio de dispositivos electrónicos, lo que nos permite obtener prueba científica. Venimos de una Policía que basaba las investigaciones en el apriete, en el paso de corriente eléctrica, en el ‘me dijo’, ‘te dijo’. En fin, el aporte de material probatorio con métodos non sanctos. Hoy estamos frente a otra posibilidad, otros mecanismos, que tienen mucho más que ver con la democracia, con el respeto a los Derechos Humanos. En función de esto es que la causa ha dado un giro, veremos hacia dónde y fundamentalmente cómo gira. Si lo que nos traen como evidencia se corrobora con evidencia científica, con métodos que garanticen no solo la sed de justicia que tiene la familia y los amigos, sino también los Derechos Humanos de cualquier persona imputada de un delito”.

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