La décima audiencia fue la más larga de todas. La imputada detalló situaciones íntimas de su relación con Fernando Pastorizzo. Hoy expondrá la defensa y se decidirá sobre la continuidad de la prisión preventiva que vence en esta jornada.

La esperada palabra de Nahir Galarza finalmente se escuchó este lunes en el cierre de la etapa testimonial. Luego de escuchar las declaraciones de Guillermina Salva y de Agustina Díaz -la primera, amiga de la acusada; la segunda, una prima que vive en Buenos Aires-, los defensores sentaron a su clienta frente a los jueces para que brindara su relato de los hechos.

Nahir Galarza dio una declaración que dejó muchos huecos, ya que la imputada eligió no responder a las preguntas de las partes. Sollozó a lo largo de todo el relato, utilizando un tono de voz muy tenue, y por momentos se hizo prácticamente inaudible lo que salía de su boca. Contó que a Fernando Pastorizzo lo conoció dos meses después de celebrada su fiesta de 15 años y explicó que estuvo presente en esa fiesta porque había sido invitado por unos amigos en común. Pese a ello, aseguró que esa misma madrugada, una vez finalizado el festejo, ella recibió los primeros mensajes de whatsapp del joven y desde ese mismo día comenzó a tener comunicación con él.

Dijo que tras esas primeras conversaciones recibió el llamado de una chica que le informó que era la novia de Fernando y que fue recién en agosto de 2016 cuando se lo cruzó en un boliche. Recién ahí empezó a hablar con él: «Me dijo que le gustaría empezar a verme y le pidió a un hombre que nos sacara una foto que luego la subió a Instagram. Al otro día me volvió a llamar la chica», relató Nahir en un claro intento por distanciarse de una relación de pareja.

Si bien tuvo su primera relación sexual con Fernando a sus 16 años, aseguró que él nunca le planteó «algo serio». «Yo hacía mi vida, cada uno por su lado», explicó en este sentido y dijo que ya en esa época empezaron los primeros insultos y peleas entre ambos, y que cada vez que se veían era durante las madrugadas.

«Él empezó a estar más agresivo y yo me enteré que estaba en el tema de la droga», señaló sobre algo que nunca pudo ser probado en las anteriores nueve audiencias y que desde un primer momento la defensa de la acusada trató de instalar sin éxito en el plano judicial y social.

En todo momento trató de desentenderse de cualquier tipo de relación formal de noviazgo y se escudó diciendo que siempre se veía con otros chicos y que Fernando lo sabía; que por esos motivos se originaban las peleas y los planteos de él hacia ella. «Cuando se enojaba tiraba todo y gritaba mucho», manifestó, y aseguró que las situaciones violentas se intensificaron el año pasado.

Brasil, la explicación

Sobre el viaje a Brasil explicó que en primer lugar invitó a una amiga y como no podía porque debía estudiar trató con otra, pero la respuesta fue la misma. Fernando Pastorizzo fue la tercera opción, pero «lo llevé como un amigo, porque si hubiera estado con otro chico en ese momento lo hubiera invitado».

«Fernando era muy insistente y Rafael era diferente», mencionó Galarza sobre la reciente relación que había iniciado con Stéfano. «A mí me parecía normal que una persona me gritara todo el tiempo, que me insultara, pero cuando conocí a Rafael me trataba bien y nos empezamos a ver más seguido y a apartarme de Fernando, pero él se dio cuenta y se puso peor», declaró ante el Tribunal.

En varias ocasiones se remitió a supuestos hechos de violencia de Fernando hacia ella, en los que la tomaba de los brazos, del pelo y la tiraba al piso. Además dijo que, a pesar que nunca le contó a nadie de esos episodios, su madre había empezado a darse cuenta.

La noche de Navidad

La noche de Navidad, Nahir y Fernando discutieron dentro del boliche de costanera. Las versiones son cruzadas y en la declaración que brindó ante el Tribunal la imputada dijo que fue Fernando el que esa madrugada la agarró del brazo y del cuello, y quien la insultó porque la había visto con Rafael Stefano minutos antes. «Muchos nos vieron y nadie se metía, pero después nos vio mi amiga Sol y le pegó en la cara a Fernando y le dijo que nunca le volviera a pegar a una mujer», agregó, en consonancia con lo declarado por Sol Martínez.

Tras ello, y luego permanecer por unos minutos dentro del boliche con Stefano, Nahir Galarza se fue a su casa porque se sentía «muy mal», según explicó. «Cuando me estoy por bañar me llama Fernando (y me dice) que estaba afuera, muy alterado. Cuando bajé y le abrí la puerta, se viene corriendo y me insultaba diciéndome que era una zorra desesperada. Me sacudía, me mordió el dedo y el anillo que tenía salió volando. Me quedaron los dientes marcados. Después que se fue, a los 10 minutos, me llamó mi primo Juan (Cabrera) diciéndome por qué le habíamos pegado. Yo le dije que no era como él le estaba diciendo», relató.

La explicación sobre el cargador

Un punto que generó polémica es el explicado por la imputada respecto al hecho que motivó su llegada a la casa de la víctima. El cargador del celular fue la excusa por la cual Nahir Galarza llegó, la madrugada del 29 de diciembre, a la casa de Fernando Pastorizzo. Antes de relatar el paso a paso de los hechos, ella había contado que comúnmente utilizaba el cargador del teléfono celular de su madre porque era muy similar al propio. La pregunta es obvia: ¿por qué esa noche no utilizó ese mismo para cargar su celular en vez de tomarse un remis y viajar hasta la otra punta de Gualeguaychú?

Se tomó un auto en el Casino y fue hasta la casa de Fernando. Ahí dejó ir el remis y le tocó la puerta para que le entregara el cargador. «Salió y me dijo que no le atendía el teléfono, que era una enferma», contó. Después fueron hasta la casa de Nahir «sin hablar durante el trayecto» y cuando llegaron Fernando le pidió entrar para conversar.

«Ya estaba más tranquilo, dejó la moto en el negocio y subimos. Cuando cruzamos por la cocina agarró el arma de mi papá que estaba arriba de la heladera y empezó a revolearla para todos lados. Yo lo insulté y él se reía, entonces me fui a la habitación y él me siguió, y supuse que la había dejado en donde la sacó. Me abrazaba y me decía que no me bancaba una joda», relató la acusada.

Es un hecho que Nahir y Fernando mantuvieron relaciones sexuales esa madrugada, pero según el testimonio de la joven, tras ello comenzaron una discusión por los planteos de la víctima hacia ella. «Me decía que era mi culpa que Sol le había pegado, me reprochaba cosas. Le pedí que se fuera de mi casa y él me decía que se ponía así por mí. Después me pedía perdón y (me decía) que no lo iba a hacer más, siempre me decía lo mismo», relató entre lágrimas la imputada.

Además, contó que había una palabra que Fernando le decía que la afectaba muchísimo. «Me decía depresiva porque una vez le conté que había veces que llegaba a mi casa y me largaba a llorar. Y desde que le conté empezó a usarlo en mi contra», manifestó quebrada completamente, al punto que se hacía casi imposible escucharla.

«Después se enojó, me agarró de los pelos y me sacó de la habitación», manifestó sobre la pelea durante la madrugada del 29 de diciembre, a sólo tres metros de donde dormían sus padres. «Cuando pasamos por la cocina agarró el arma de nuevo, me apuntó a la cabeza y me dijo que me fuera a vivir con él. Me decía que me callara porque iba a despertar a alguien y yo quería evitar la situación de despertarlo a mi papá», agregó.

Salieron de la casa y se dirigieron a donde estaba la moto y «me dijo que me iba a ir con él», mientras «yo le decía que dejara el arma de mi papá y que se calmara». Luego, Fernando sacó el rodado por la puerta del negocio y «cuando salimos veo que enfrente estaba un chico con el cual yo salía, que estaba discutiendo con su novia», indicó Nahir sobre Joaquín Osorio, el mismo que declaró haberla visto cuando ella regresaba a su casa tras el crimen.

«Subimos a la moto y cuando llegamos a la esquina frenó. Pensé que se había arrepentido, pero fue para darme el casco«, marcó la acusada. Este detalle es importante y parece encuadrarse en la intención de la defensa de revertir lo manifestado por la vecina María Inés Correa, quien aseguró haberlos visto a ambos salir en la moto sin los cascos colocados. Lo que se contradice con la escena del crimen, donde fueron hallados ambos cascos.

«Él fue todo el camino insultándome, a los gritos, y yo lo único que le decía era que se calmara. Le decía que me llevara a mi casa y que me devolviera el arma», comentó Nahir. Cuando percibió que transitaban por avenida Del Valle «le dije que me llevara a la casa de mi abuela».

Tras esto, la defensa trató de detener la declaración por el estado emocional que presentaba la acusada, pero Galarza prefirió seguir. «Cuando llegamos a la calle de mi abuela dobló rápido y se empezó a reír. En un momento pierde el equilibrio y cuando agarró la moto con las dos manos le saqué el arma, no tengo idea cómo la agarré, y en el momento que se la saqué frenó la moto; me quedé aturdida y caímos los dos para el costado. Fue todo rápido. Se me puso la mente en blanco, me sentía nerviosa y aturdida, no sabía qué hacer. Nunca me imaginé pasar una situación así. Se me había apagado la mente«, declaró.

Por último, dijo: «me fui a mi casa y estaba todo igual, todos estaban durmiendo. Me quedé esperando. Ni siquiera se me cruzó por la cabeza que se iba a morir. Me enteré cuando me llamó la mamá de Fernando. Ahí se me paró el corazón«.

«Yo soy la única que estuve y puedo asegurar que todo fue muy rápido y se trató de un accidente. Nunca le deseé la muerte a nadie. Yo sólo pensé en mi papá. Todos los días tengo la culpa de haberlo abandonado y que las cosas hayan pasado de otra forma. Nunca pensé pasar una situación así», dijo al final de su declaración.

Perpetua, falsos testimonios y alevosía

La palabra de Nahir Galarza dio pie al inicio de la segunda etapa y final del juicio: los alegatos. Los fiscales Sergio Rondoni Caffa y Lisandro Beherán hicieron un repaso de todo lo expuesto a lo largo del debate y de las incongruencias del relato de la imputada con las pruebas que existen en su contra.

Rondoni Caffa hizo hincapié en el pobre relato de la vecina Correa y pidió que se tenga en cuenta el falso testimonio. «A la señora le contaron algo pero le faltó información, preparó el terreno para la declaración de la imputada. Fue una declaración para lo que iba a venir», expresó.

El Fiscal habló del arma, de las buenas condiciones que presentaba y aseguró que es imposible que haya producido dos disparos accidentales. «Hubo una decisión para disparar, y los disparos fueron voluntarios y dirigidos», indicó.

Beherán, en tanto, se dedicó a la parte normativa y se remitió al vínculo. Dejó bien en claro lo que dice la Ley al respecto, e incluso mencionó el supuesto aborto espontáneo que sufrió Nahir y la respuesta de Fernando: «no te hagas problema, vamos a tener otro». Además, pidió que se inicie una investigación a la psicóloga Alicia Paday por falsa pericia. La perito de parte «realizó una maniobra interesada en posicionar a la parte que la contrató», dijo y aseguró que «vino a vendernos espejitos de colores y esto es muy grave».

«Lo único que le cabe es una prisión perpetua», confirmó la Fiscalía y las dos querellas coincidieron con esto, aunque sumaron la figura de la alevosía para que sea contemplada. Primero lo pidió Rubén Virué, representante de Silvia Mantegazza, madre de la víctima, que dijo: «hubo un ardid que correspondió a un plan criminal para terminar con la vida de Fernando Pastorizzo».

«Es un agravio a la inteligencia y la experiencia creer que los Galarza conocieron a Fernando diez minutos antes de salir de viaje», mencionó Virué y opinó que «discutir el vínculo a esta altura carece de entidad». El reconocido abogado larroquense dijo algo que retumbó en la sala: «cuando Fernando Pastorizzo esperaba el beso de despedida, recibió el disparo por la espalda».

Peragallo y Arrechea, representantes de Gustavo Pastorizzo, padre de Fernando, también reafirmaron la alevosía como agravante y el «plan preordenado» que existió por parte de la imputada. «Hubo un ocultamiento rozando la premeditación e intentando desviar la investigación. Hubo un estado de indefensión porque la víctima nunca se imaginó recibir un disparo y un aprovechamiento de actuar sin riesgos», expusieron.

La audiencia de hoy

Hoy se conocerá el alegato de la defensa. Será lo único que se escuchará en la audiencia, en la que el abogado José Ostolaza expondrá los argumentos para que su clienta sea condenada por una pena menor, al tiempo que buscará implantar la versión de la violencia de género. Luego se decidirá respecto a la continuidad de la prisión preventiva que vence en esta jornada. La semana próxima se conocerá el adelanto de veredicto.

Fuente: El Día
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