México Beach a vista de pájaro es la imagen de la desolación. Un día después del paso del huracán Michael, de categoría 4, por el extremo noroeste de Florida, las autoridades se afanan en la búsqueda y rescate de víctimas bajo los escombros.

Los vientos de hasta 250 kilómetros por hora levantaron los árboles, tejados de las casas, y dejaron un reguero de destrucción a su paso. Al menos seis personas han perdido la vida.

Los vecinos acuden a la zona del desastre a evaluar los daños. Es inevitable emocionarse. «Es verdaderamente devastador, toda la gente que conocemos ha perdido su casa, Todos. Y sus trabajos».

El agua ha inundado cientos de casas y locales que han quedado en ruinas. Pero muchos de los vecinos ignoraron las recomendaciones de evacuación. «Se nos rompió la ventana, lo preparamos para que la ventana pudiera mantener algo del clima fuera, pero luego la casa comenzó a temblar mucho. Abrimos otra ventana, dejar que el aire corra, creo que eso es lo único que nos salvó porque la presión no tenía por dónde salir», recuerda otra vecina.

En la ciudad de Panamá, los daños han obligado a los dos principales hospitales a cerrar sus puertas y evacuar a sus pacientes.

Más de 400.000 viviendas y negocios de Florida se quedaron sin electricidad en toda la zona del Panhandle, la más afectada por el huracán más poderoso que han soportado hasta la fecha. Michael ya está en la frontera entre las dos Carolinas para salir al Atlántico esta madrugada.

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