Morena Vásquez acaba de volver del infierno. Esta madre de seis hijos ha estado un año entre rejas por no tener papeles, pese a llevar más de dos décadas viviendo en Estados Unidos.

Todo comenzó una noche cuando la policía de Georgia detuvo su coche. Tras comprobar que estaba indocumentada, la dejaron en manos de los Servicios de Inmigración (ICE), que se opusieron a su liberación bajo fianza porque consideraron que había riesgo de fuga. Así fue como esta salvadoreña de 38 años acabó en prisión, rodeada de presos comunes, a la espera de que se tramitara su deportación.

«Ahí estás tú, con personas que han matado. Ahí estás tú, con personas que han violado (… ) Y cuando una no ha hecho ese tipos de cosas se dice ¿cómo puedo estar aquí?», se pregunta.

«Ahí estás con personas que han matado y violado»

Durante el tiempo que estuvo en la cárcel, Morena perdió los dos trabajos con los que se ganaba la vida, como profesora de español en un centro de preescolar y como limpiadora en unas oficinas. También perdió la casa de cinco habitación que tenía alquilada. En cuanto a sus seis hijos, de entre 4 y 17 años, todos ellos ciudadanos estadounidenses, tuvieron que irse a vivir con su abuelo enfermo a otra ciudad, lejos del centro de detención.

Su vida entera se desmoronó, para que después, al cabo de un año de trámites, un juez decidiera liberarla con la fianza mínima, de 1500 dólares. Pese a todo, ella recibió la noticia con una gran ilusión.

«Me voy a mi casa, tras un año de estar en una detención», relata con brillo en los ojos.

REUTERS/Chris Aluka Berry
Morena con uno de sus hijos en brazos REUTERS/Chris Aluka Berry

Morena Vásquez es salvadoreña. Su madre la envió a Estados Unidos con su padre cuando era una adolescente para alejarla de la violencia de las maras, que mataron y mutilaron a su hermana en 2012. Ahora, con 38 años, tiene que volver a comenzar de cero, aunque ahora con la esperanza de poder obtener la preciada «green card» para poder trabajar y vivir sin temer ser encarcelada y deportada.

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