El candidato ultraderechista pidió una comunicación y Macri accedió de inmediato. “Conversaron de generalidades”, respondieron en la Cancillería. Aclararon que por ahora no estaba previsto un contacto similar con Fernando Haddad.

“Ante todo, un abrazo a Macri, que terminó con Dilma Kirchner.” La frase del candidato brasileño demuestra la buena onda que hay entre Jair Bolsonaro y Mauricio Macri. Es indisimulable, pese a que tienen poco camino recorrido. El candidato a presidente de Brasil –que ha sido muy cuestionado por sus dichos misóginos, homofóbicos y de reivindicación de la tortura– llamó al presidente Macri con el que tuvieron una “cordial conversación”, según confirmó en un comunicado la Presidencia argentina. La decisión de difundir la comunicación puede interpretarse como un respaldo de Macri a Bolsonaro ante el ballottage en Brasil, aunque no tan explícito como el que le dio a Sebastián Piñera en Chile. En Cancillería confirmaron que no está prevista una comunicación similar con el candidato del PT Fernando Haddad, aunque dijeron que Macri no tendría problema en atenderlo si decide llamar.

En el Gobierno advirtieron que la comunicación con Bolsonaro fue solicitada por el candidato brasileño. “Su equipo de trabajo contactó al canciller para ver si Macri quería hablar”, indicaron en la Rosada. El canciller Jorge Faurie se lo comentó al Presidente en la reunión de gabinete de ayer y Macri accedió inmediatamente. Así, según relataron, se gestó la carla. ¿De qué hablaron? “De generalidades. Fue una llamada cordial e institucional, dado que todavía están en campaña”, indicaron.

¿Haría lo mismo con Haddad? “Si Haddad lo llama, claro que sí”, respondieron a este diario.

Lo cierto es que hasta ahora el gesto de Macri fue para el candidato de ultraderecha, cuestionado por decir a qué mujeres violaría, por plantear que preferiría que su hijo estuviera muerto a que fuera gay, el mismo que votó por la destitución de Dilma Rousseff y le dedicó su voto al torturador de la ex presidenta. Según indicó el comunicado de la Presidencia argentina, el llamado telefónico fue ayer por la mañana. “Mantuvieron una cordial conversación en el marco del actual proceso electoral de Brasil y la relación estratégica entre ambos países”, indicaron. Macri le dijo de volver a ponerse en contacto en caso de que gane las elecciones.

En el Gobierno de Macri ya huelen la victoria de Bolsonaro y la llamada del candidato, además de producirle un rédito político en la contienda, le permite a Macri empezar a posicionarse ante un país al que considera un socio estratégico para reformar el Mercosur y producir tratados de libre comercio con la Unión Europea y, de ser posible, con Estados Unidos.

Ese ha sido el norte de Macri desde el comienzo de su gestión. Incluso, intentó tener una relación cordial con Rousseff, aunque apenas comenzó el proceso de remoción desde el Gobierno macrista tomaron una distancia aséptica, mientras otros denunciaban un golpe de Estado. La posición de Macri fue “respetar el proceso institucional” con el que terminó el mandato de Rousseff.

El gobierno de Macri fue también el primero en recibir al canciller de Michel Temer, José Serra, lo que implicó un reconocimiento de su gobierno. También fue de los primeros en recibir al presidente brasileño, cuyos aliados internacionales han sido escasos. “Tudo bem, tudo joia, tudo legal”, le dijo Macri a Temer con quien tampoco tenía demasiada historia previa, pero con el que se esforzó para que su primer encuentro pareciera el de unos viejos amigos. En Temer, Macri encontró un aliado para avanzar en sus planteos de una apertura del Mercosur a tratados de libre comercio y en la condena a Venezuela.

En el Gobierno esperan continuar esa línea con Bolsonaro, a quien ya han definido como un dirigente de “centroderecha” pese a sus posiciones de reivindicación de períodos dictatoriales de Brasil. Faurie, tras el 46 por ciento que Bolsonaro obtuvo en primera vuelta, dijo que “Brasil votó hacia el futuro, no hacia el pasado”. “Es obvio que una de las expresiones de voto fue claramente una nueva figura, que toma notoriedad dentro de la vida política brasileña”, fue la evaluación que hizo.

El embajador argentino en Brasil, Carlos Magariños, ya viene trabajando en establecer una relación con los hijos de Bolsonaro, lo que posibilitó el llamado. Macri tuvo el contacto telefónico a dos semanas de la segunda vuelta, que será el 28 de octubre y que resolverá si un dirigente que resultaba marginal para el sistema político se alza con la presidencial. Las últimas encuestas –y se sabe que el macrismo es afecto a las mediciones– lo dan a Bolsonaro obteniendo un 59 por ciento de los votos contra un 41 por ciento de Haddad, mientras Lula Da Silva se encuentra encarcelado e incomunicado.

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