CDias Toffoli “garantizará” los derechos y defenderá la libertad de expresión ante los recelos que suscita Bolsonaro

El presidente del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), José Antonio Dias Toffoli, propone un “gran pacto” nacional entre los tres poderes del Estado, que incluya también a la sociedad brasileña, para afrontar con éxito los enormes retos a los que se enfrenta el país tras las elecciones que dieron el triunfo al ultraderechista Jair Bolsonaro. En una iniciativa inédita para el presidente de la Corte Suprema, en Brasil y en cualquier otra democracia, Toffoli propone discutir reformas a la seguridad social y las pensiones, así como la escalada de la violencia, deja más de 60.000 brasileños muertos anualmente. Además, Dias Toffoli advierte de que la corte que preside ejercerá un “papel de moderador de los conflictos nacionales y garantizador de los derechos”. El presidente hace especial mención de la defensa de la libertad de expresión en un contexto de profunda polarización política tras el triunfo de Bolsonaro, quien se convertirá en presidente el primero de enero.

Dias Toffoli hace pública esta propuesta en una tribuna que publica hoy EL PAÍS. “Propongo en Brasil la celebración de un gran pacto entre los tres poderes de la República, con la participación de la sociedad civil, adoptando el diálogo y la acción coordinada como instrumentos para la búsqueda de objetivos comunes. Este pacto implica, con absoluta prioridad, que discutamos sobre las reformas de la seguridad social y de las pensiones, y que abordemos los problemas derivados de la inseguridad”, escribe el magistrado.

Los tres temas que Dias Toffoli considera prioritarios, las reformas económicas y las medidas para la seguridad, forman parte de los desafíos más grandes que encara el futuro Gobierno de Brasil. La Administración federal sufre una grave crisis de la deuda pública, que pasó de un 55,4% del PIB en 2014 a un 77,3% en 2018, además de la escalada de la violencia. En este contexto, la presidencia del Supremo es un puesto estratégico para el diálogo institucional. Dias Toffoli ocupa el puesto desde septiembre en un mandato que puede extenderse hasta 2020, lo que le convierte en una pieza fundamental para varios analistas políticos. El Supremo brasileño tiene la palabra final en buena parte de los conflictos entre poderes, y los once magistrados pueden ser un dique ante las eventuales medidas extremas de Bolsonaro.

El STF puede verse en la situación, por ejemplo, de ecidir si son constitucionales algunas de las propuestas que el presidente electo ha hecho para reducir la violencia. Entre ellas destaca el perdón automático que Bolsonaro desea dar a los policías que maten en servicio. En su papel de presidente de la corte constitucional, Dias Toffoli tiene la prerrogativa de condicionar en buena parte la agenda que se analizará en el pleno los próximos dos años.

Defensa de la libertad de expresión

El presidente de la corte también ha reafirmado los valores constitucionales de Brasil y recuerda que todas las turbulencias políticas recientes que ha vivido el gigante sudamericano, incluyendo el proceso de la retirada del poder de Dilma Rousseff, tuvieron soluciones institucionales. Dias Toffoli destacó que la defensa de la libertad de expresión “en todas sus manifestaciones” es parte esencial del afianzamiento del régimen democrático en la nación. Se trata de un mensaje extraordinariamente importante en un contexto de crecientes amenazas y ataques de Bolsonaro a diversos medios de comunicación.

Toffoli recordó que la defensa de este derecho fue reafirmada en juicios recientes resueltos por el Supremo. Se trata de una probable referencia a la sesión de octubre en la cual los 11 ministros del tribunal rechazaron, por unanimidad, acciones policiales en universidades brasileñas que prohibieron manifestaciones políticas, que fueron interpretadas como actividades electorales en contra del entonces candidato Jair Bolsonaro. “La Constitución seguirá siendo nuestra brújula para el viaje y el Supremo Tribunal Federal, el timonel seguro y prudente en esa travesía, garantizará la solidez, la seguridad jurídica y la paz social, función última de la justicia”, concluye el magistrado, quien ha remarcado la prevalencia de los derechos humanos y el repudio al racismo como valores del tribunal que encabeza.

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