Según distintas consultoras, el gobernador tiene entre 65 y 70% de imagen positiva y va por su reelección en elecciones anticipadas; el gobierno nacional y Macri amagan con Frigerio pero el riesgo es muy grande: los mentideros nacionales saben que una derrota provocará un efecto cascada

 El desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Entre Ríos es un hecho que se confirmará en diciembre cuando el gobernador Gustavo Bordet firme el decreto, que establecerá las PASO en abril y las generales en junio de 2019, con el cierre de listas en febrero.

Según los mentideros provinciales, el propio Bordet buscará su reelección en la provincia sabiendo que cuenta con una buena imagen entre los entrerrianos y con la especulación del PJ de que en la vereda de enfrente esté nada más ni nada menos que Rogelio Frigerio, mano derecha del presidente Mauricio Macri.

El ministro del Interior es hoy el funcionario mejor posicionado del gobierno nacional, luego de las numerosas bajas que sufrió la actual gestión, con ministros cuestionados, renunciados y algunos hasta denunciados.

La baja de funcionarios clave de Macri comenzó con la salida de Alfonso Prat Gay del ministerio de Economía y la del economista Carlos Melconian de la presidencia del Banco Central.

Más tarde, el presidente le pidió la renuncia a Federico Sturzenegger en el Banco Central y lo reemplazó por Luis Caputo, y también apartó de Producción a Francisco Cabrera, un histórico de la primera hora del PRO, y a Juan José Aranguren del Ministerio de Energía.

Aunque en un primer momento era Marcos Peña el funcionario que concentraba mayor poder, el ministro del Interior logró posicionarse y recientemente fue el encargado de mantener las conversaciones con los gobernadores del palo y los opositores en la tirante discusión por el Presupuesto.

Frigerio supo mantenerse como el ministro estrella y hombre de confianza del presidente en medio de todos los cambios, volantazos y renuncias del gabinete de Macri.

Más allá de eso, si bien en la provincia de Entre Ríos tiene el apoyo de algunos dirigentes del PRO y radicales, algunos sectores de la UCR le dieron la espalda y no apoyarían su candidatura a la gobernación.

Entre esos detractores se encuentra el intendente de Paraná, Sergio Varisco, que ve al ministro como uno de los responsables de su complicada situación judicial en la causa en la que el radical está procesado por supuestos vínculos con el narcotráfico.

Desde el sector de Varisco consideran que Frigerio le soltó la mano al intendente en un momento clave de la investigación judicial, lo que permitió que la causa prosperara.

Varisco es uno de los que ya anunció que irá por su reelección y, según los sondeos, cuenta con un piso elevado, de unos 22 puntos, por lo que el ministro del Interior considera firmemente llevarlo como su candidato en Paraná, aunque el techo del intendente es bastante bajo y no superaría los 25 puntos.

El adelantamiento de las elecciones supone poco tiempo para armar los equipos y las PASO en abril significa que las campañas y los procesos para instalar candidatos se realicen en medio de las fiestas, las vacaciones y el comienzo de clases.

Con los electores, los militantes y varios dirigentes distraídos, contar con candidatos reconocidos es fundamental para tener posibilidades de éxito en las próximas elecciones.

En ese sentido, el PJ parte con ventaja porque ya tiene a los nombres definidos en las ciudades con más electores, como Concordia y Gualeguaychú, donde Enrique Cresto y Martín Piaggio irán respectivamente por la reelección.

En Paraná el justicialismo aún no se oficializó la candidatura del vicegobernador Adán Bahl, que lo hará en los próximos días y ya tiene incluso un compañero de fórmula, el flamante secretario de Trabajo, Fernando Quinodoz, aunque sujeto a negociaciones.

En cuanto a la gobernación, no está definido quién acompañará en el binomio a Bordet, con una interna muy fuerte entre los posibles integrantes, en la que incluso se le dio participación a la Justicia para impugnar a uno que otro candidato.

La feroz interna por la vicegobernación dejó a algunos dirigentes muy defraudados, como el intendente de Concepción del Uruguay, José Eduardo Lauritto, y el diputado nacional Julio Solanas, sorprendidos por las imputaciones judiciales que le adjudican a maniobras políticas con nombre y apellido.

Más allá de los enojos, los pases de factura y las causas judiciales que son comunes en épocas de elecciones, el PJ mantendrá su tradición verticalista y se encolumnará detrás de la figura de Bordet en todos los puntos de la provincia, lo que posiciona al gobernador muy por encima de Rogelio Frigerio.

Aunque el ministro del Interior es impulsado por algunos dirigentes radicales, el principal referente provincial de la UCR, Sergio Varisco, se la tiene jurada porque considera que Frigerio miró para otro lado con su causa en la Justicia Federal.

La falta de tiempo desde aquí hasta las PASO de abril para armar listas y posicionar candidatos es el factor clave que afrontará Cambiemos.

Una derrota del único ministro de Macri que se mantiene a flote a pesar de los cambios y renuncias sería un golpe durísimo para el gobierno nacional y posicionaría fuertemente a Bordet a nivel país.

Un caso similar fue el de Juan Manuel Urtubey en 2015, cuando desdobló las elecciones, fue reelecto gobernador de Salta y catapultó enormemente su figura a nivel nacional.

De igual manera, el nombre de Bordet crecería exponencialmente con una victoria en las elecciones adelantadas, y más aún si su rival directo es el ministro estrella y mano derecha de Mauricio Macri.

No solo los números de distintas consultoras, que rondan el 65 o 70%, respaldan la concreta posibilidad de la reelección de Bordet, sino que el primer mandatario provincial cuenta también con algo que no siempre acompaña a los políticos: tanto como ministro como en la intendencia y en la gobernación, suele tener suerte.

A diferencia del caso salteño, en donde Urtubey se impuso contra Juan Carlos Romero, un dirigente sin incidencia en el plano nacional, una victoria de Bordet en 2019 no sería solo contra Frierio, sino que se impondría al mismísimo Macri y en la mesa chica de Cambiemos saben que sería una imagen muy difícil de revertir en el país.

Una victoria del PJ en Entre Ríos, con las elecciones provinciales en junio y las nacionales cuatro meses después, provocaría un efecto cascada en el resto de las provincias y en la nación que significaría un fuerte golpe para el gobierno nacional.

Mientras el PJ especula con la posible candidatura del ministro y el enorme rédito político que un triunfo le daría a Bordet, desde el gobierno nacional no quieren dejar que la incursión electoral de Frigerio sea su inmolación.

Así las cosas, Cambiemos iría a las elecciones con el candidato de siempre: el hoy diputado nacional Atilio Benedetti, que concentra en mayor medida que Frigerio el apoyo de la UCR y cuenta incluso con el respaldo de Varisco.

En tanto, desde el justicialismo se relamen con una posible candidatura de Frigerio y, con números que rondan entre el 65 y el 70% y lo respaldan, Bordet vislumbra una victoria sobre el ministro estrella que impulsaría fuertemente su imagen en el plano nacional.

La candidatura de Frigerio nacionalizaría las elecciones y se trata de un riesgo que hay que ver si el gobierno nacional se anima a correr, el de cantar una falta envido con 26, lo que sería un manotazo de ahogado.

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