El acuerdo nuclear firmado en noviembre pasado en Suiza comenzará a ser implementado el 20 de enero, según anunció el vocero de la Cancillería iraní, Marsieh Afcham, a la agencia de noticias local Mehr.

El acuerdo nuclear firmado entre Irán y las principales potencias del mundo en noviembre pasado en Suiza comenzará a ser implementado el 20 de enero, según anunció la Cancillería iraní, y desde la Casa Blanca ya prometieron un «alivio modesto» de las sanciones contra Teherán.

Después de un fin de semana de continuas negociaciones en Suiza, Irán y las principales potencias del mundo consensuaron cómo será implementado el acuerdo nuclear, que establece la suspensión del enriquecimiento de uranio iraní por seis meses a cambio de una reducción de las sanciones internacionales.

El anuncio lo hizo hoy el vocero de la Cancillería iraní, Marsieh Afcham, quien agregó que el vice canciller y el responsable de negociar en Ginebra, Abbas Araghchi, dará en las próximas horas una conferencia de prensa para dar los detalles sobre la implementación del acuerdo, informó la agencia iraní Mehr.

Más tarde, la representante de la Unión Europa para asuntos internacionales, Catherine Ashton, confirmó la noticia y adelantó que le pedirá a la agencia nuclear de la ONU que organice «todas las actividades de monitoreo y verificación nuclear necesarias».

Las dos diferencias que bloqueaban la implementación del acuerdo nuclear era el pedido de Irán de continuar enriqueciendo uranio para fines científicos de investigación y desarrollo, y la disputa surgida por la instalación de nuevas centrifugadoras en la planta iraní de Natanz después de firmado el acuerdo en noviembre pasado.

En los dos casos, Teherán pidió separar los temores de las potencias occidentales e Israel de un supuesto programa nuclear clandestino del derecho soberano de la República Islámica de desarrollar energía nuclear con fines científicos y civiles.

Mientras el mundo espera para conocer los detalles de cómo será finalmente implementado el histórico acuerdo entre Irán y las potencias mundiales, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no dudó en ser hoy el primero en celebrar públicamente el «importante paso» dado este fin de semana.

«En los próximos seis meses Estados Unidos y nuestros aliados del grupo 5+1 (Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) comenzaremos a implementar un alivio modesto (de las sanciones) siempre que Irán cumpla sus obligaciones y mientras buscamos una solución integral al programa nuclear de Irán», explicó Obama.

A través de un comunicado, el mandatario destacó que el acuerdo «supone la primera vez en una década en que la República Islámica de Irán acuerda tomar acciones específicas que detengan el progreso sobre su programa nuclear y den marcha atrás a partes clave» del mismo.

Pero aclaró que no se hace «ilusiones sobre lo difícil que será lograr este objetivo».

En repetidas ocasiones, el mandatario estadounidense prometió que si Teherán no cumple con sus obligaciones establecidas en el acuerdo nuclear, su gobierno volverá a ejecutar todas las sanciones que hoy pesan sobre la débil economía iraní.

Sin embargo, las promesas de Obama no lograron convencer a su aliado, Israel, ni a sus propios legisladores en el Capitolio, que desde hace semanas buscan votos para aprobar una ley para establecer ahora un aumento de las sanciones a Irán en caso que los compromisos del acuerdo nuclear no prosperen.

La aprobación de una amenaza explícita contra Teherán provocó la reacción inmediata del poder en la República Islámica, que desde el líder supremo, el ayatollah Ali Jamenei, advirtieron que no seguirán negociando si sus contrapartes aumentan las sanciones.

Por eso, Obama intentó apelar hoy una vez más a sus correligionarios en el Senado y pedirles que no impulsen el proyecto de ley.

«Imponer más sanciones ahora sólo nos haría arriesgarnos a que descarrilen nuestros esfuerzos para resolver este asunto de forma pacífica, y vetaré cualquier legislación que apruebe nuevas sanciones durante la negociación», advirtió el mandatario, que en 2013 perdió la mayoría de sus pulseadas con el Congreso.

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