Francisco advirtió hoy sobre los riesgos que implica acostumbrarse «a la comodidad, a la mundanidad en la vida y en el corazón, y a tener como centro nuestro bienestar».

«Quien corre detrás de la nada él mismo se convierte en una nulidad», destacó al celebrar una misa por la Jornada de los Catequistas, según un cable de Ansa.

«Si las cosas, el dinero y la mundanidad se convierten en el centro de la vida, nos aferran, nos poseen y perdemos nuestra identidad», dijo.

«Pero probemos a preguntarnos, por qué razón ocurre esto, por qué razón nosotros los hombres caemos en el peligro de encerrarnos, de poner nuestra seguridad en manos de las cosas, que al final nos roba el rostro humano», interrogó Jorge Bergoglio.

«Esto ocurre -fue la respuesta- porque perdemos la memoria de Dios, sin la cual todo termina aplastado en el `yo`, en mi bienestar».

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