El marroquí Younes Abouyaaqoub, autor del atentado de Barcelona, fue abatido ayer, anunciaron las autoridades catalanas, dando por desarticulada la célula detrás del doble ataque que dejó 15 muertos y más de 120 heridos en España.

“Poco antes de las 5 de esta tarde los Mossos d’Escuadra han abatido a Younes Abouyaaqoub, el conductor de la furgoneta y autor material del atentado que el jueves pasado causó la muerte a 14 personas”, anunció ayer en rueda de prensa el presidente regional de Cataluña, Carles Puigdemont. Con su fallecimiento, “los 12 objetivos iniciales en relación a los atentados están muertos o detenidos”, se congratuló la policía catalana en Twitter.

Por otro lado, el cuerpo policial confirmó que el imán marroquí Abdelbaki Es Satty, figura clave de la célula pues habría adoctrinado al resto de integrantes, murió la noche del miércoles en la deflagración de una vivienda donde el grupo preparaba atentados de mayor envergadura.

Objeto de una intensa búsqueda desde el jueves, Abouyaaqoub, de 22 años, murió ayer a unos 50 km al oeste de la capital catalana, en una zona de viñedos escasamente poblada, donde fue visto por dos policías que pasaban por una estación de tren. Su pista se había perdido hasta ayer, cuando dos agentes de la Policía catalana lo vieron en el municipio catalán de Subirats, a 50 kilómetros de Barcelona. Al mismo tiempo, una vecina advirtió de su presencia allí.

Cuando fue confrontado, el sospechoso se “ha abierto la chaqueta y parecía llevar adosado un cinturón de explosivos, que eran falsos”, relató el comisario jefe de la policía catalana, Josep Lluis Trapero. Abouyaaqoub gritó “Alá es grande” antes de que los agentes hicieran “uso de su arma” y lo abatieran, agregó.

La policía desplegó un helicóptero para verificar si otras personas vinculadas con el sospechoso se encontraba por la zona, pero Trapero aclaró que “es bastante factible que estuviese solo por esa zona”.

Luego de conducir a toda velocidad la camioneta por la turística avenida de las Ramblas en Barcelona en plena tarde del jueves, atropellando indiscriminadamente transeúntes, Abouyaaqoub abandonó el vehículo y recorrió unos seis kilómetros hacia el sur de Barcelona.

Allí acuchilló a un español de 34 años que estacionaba su auto y emprendió la huida saltándose un control policial, explicó Trapero. Los agentes descartan por ahora que estuviera acompañado de otras personas y reconocen que todavía no saben cómo llegó hasta allí.  “Se le pierde la pista sobre las 19 horas de la tarde del jueves”, dijo Trapero.

Además del ataque en Barcelona, que dejó 14 muertos y 120 heridos, la célula realizó otro en Cambrils, una localidad costera a 120 kilómetros al sur, donde murió una mujer y fueron heridas seis personas más.

De los doce integrantes, cuatro fueron detenidos, cinco abatidos por la policía en Cambrils, dos fallecieron en la deflagración el miércoles en la vivienda de Alcanar (200 kilómetros al sur de Barcelona), y el último del grupo, Abouyaaqoub, fue abatido ayer.

Los cuatro arrestados deben ser presentados hoy en Madrid ante un juez de la Audiencia Nacional, alto tribunal especializado en casos de terrorismo. La mayoría de los miembros de la célula vivían en Ripoll, un pueblo en la falda de los Pirineros 100 km al norte de Barcelona, donde la madrugada del lunes se produjeron nuevos registros.

La operación policial seguirá abierta pese a la caída del principal sospechoso y último prófugo, aclaró la Policía, aunque se da por desarticulado el núcleo de la célula que presuntamente está detrás de los atentados, integrada por 12 personas.

Abdelbaki Es Satty era imán en esta localidad. El religioso estuvo encarcelado en España entre 2010 y 2014 por tráfico de drogas, según las autoridades catalanas. Luego residió en Machelen, en la periferia de Bruselas, “entre enero y marzo de 2016”, según el alcalde de la localidad vecina de Vilvorde, Hans Bonte.

En el centro de Barcelona, ayer continuaron los homenajes a las víctimas con altares de velas y flores. Entre tanto, como ocurrió los últimos días, la comunidad musulmana en España volvió a condenar los ataques, esta vez con una concentración en la céntrica plaza Catalunya de Barcelona a la que se sumaron 153 entidades.

Varios políticos acudieron al acto, en el que se oyeron lemas como “No al terrorismo” y “Soy musulmán, soy Barcelona”. El manifiesto condenó los atentados y abogó por trabajar para que los jóvenes musulmanes no abracen “ideologías perversas” que “no tienen nada que ver con el Islam y la religión musulmana”.  “Somos musulmanes, no terroristas”, leía una de sus pancartas.

Entre tanto, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, hizo un llamamiento a la unidad, en un contexto de división entre Madrid y Barcelona por las ansias separatistas del ejecutivo catalán, que quiere organizar un referendo sobre la independencia el 1 de octubre.

“Si queremos ser verdaderamente eficaces contra el terrorismo, debemos estar unidos”, escribió Rajoy en una tribuna publicada en varios diarios españoles, antes de que se reunieran todos los partidos políticos en Madrid para mostrar una condena unánime al terrorismo.

A cuatro días de los ataques, las 15 víctimas mortales, siete mujeres y ocho hombres, fueron ya plenamente identificadas: cinco españoles, entre ellos un niño de tres años, una hispano-argentina, tres italianos, dos portuguesas, una belga, un estadounidense, un canadiense y un niño australiano-británico de siete años. Siguen hospitalizadas 48 personas, de las cuales 8 están en situación crítica y 12 graves, según el último balance de Protección Civil en Cataluña.

El jefe del Ejecutivo catalán felicitó a la Policía catalana por su labor y destacó la coordinación con las fuerzas de seguridad españolas. También lo hizo Rajoy. “Juntos venceremos al terrorismo”, expresó en Twitter.

España mantiene de momento el nivel “alto” de alerta antiterrorista que decretó en junio de 2015 (nivel 4 de 5). Las autoridades descartaron elevarla al máximo tras los atentados de Barcelona al considerar que no hay riesgo de atentado inminente.