Ante las dificultades, los técnicos se enfocan en la perforación de dos túneles verticales y paralelos. Julen, de dos años, está atrapado desde el domingo en un agujero de más de 100 metros de profundidad y unos 25 centímetros de diámetro.

Primero se intentó aspirar el tapón de áridos encontrado a 71 metros del pozo por el que cayó el pequeño Julen, pero era lento y problemático. Después se excavó una galería horizontal para llegar de forma perpendicular a la base donde se cree que está el niño, pero el terreno inestable y duro impedía avanzar con seguridad.

Ahora se trata de llegar a través de dos túneles verticales y paralelos al pozo de prospección a la altura de Julen y acceder a él mediante pequeñas galerías horizontales.

Cada solución técnica se ha encontrado con dificultades en su ejecución y así han pasado ya cinco días desde que el niño de 2 años y 11 kilos fuera tragado por un agujero de unos 25 centímetros de diámetro y casi 110 metros de profundidad excavado, sin los permisos reglamentarios, en una finca del municipio malagueño de Totalán.

Precisamente ayer la Guardia Civil tomó declaración al pocero responsable del sondeo, que sostiene que selló el boquete, y al dueño del terreno, que es familia del niño accidentado, además de a otros parientes, para conocer las circunstancias exactas que propiciaron la caída del menor.

Aunque el momento de llegar a Julen cada vez está más cerca, lo cierto es que los expertos que trabajan en el operativo de rescate admiten que no será antes de dos días, y eso si no llueve, como parece indicar la predicción meteorológica. 

Pese a todo, nadie pierde la esperanza de encontrarlo con vida, pues bajo el tapón de materiales pude haber una oquedad o cámara de aire.

«Es obvio que todo nuestro esfuerzo es porque el tiempo sea mínimo, pero las dificultades son enormes. Todo se está haciendo sin conocimiento previo del terreno, y por eso nos encontramos con diferentes estratos y geotermias que dificultan las obras y obligan casi constantemente a cambiar las decisiones», explicó el representante en Málaga del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Andalucía, Ángel García Vidal, quien subrayó que una obra de esta envergadura «en condiciones normales se tardaría meses en hacer». 

Lo cierto es que el operativo de más de 100 personas, entre efectivos públicos y profesionales privados, trabaja sin descanso prácticamente desde el pasado domingo con la única hipótesis de encontrar al niño vivo. Por eso la seguridad, tanto del menor como del equipo de localización y rescate, es una prioridad.

Ayer fue entubado el pozo por el que se precipitó Julen para protegerlo de las vibraciones causadas por los movimientos de tierra y excavaciones aledañas que podrían provocar desprendimientos internos. Justo una de las causas que obligó a suspender la obra de la galería horizontal fue que la tierra de la ladera se venía encima de la cavidad horadada, lo que unido a que la excavadora se topó con terreno pizarroso «y extremadamente duro», provocó la paralización del trabajo, «al menos desde ese punto, aunque no descartamos buscar otra boca de ataque», dijo García Vidal.

Inmediatamente los técnicos impulsaron el rebaje de terreno alrededor del pozo de Julen para alcanzar una cota de 30 metros donde, desde la plataforma creada, se perforen los dos túneles paralelos al agujero de prospección hasta los 80 metros de profundidad. 

En condiciones normales «y favorables», las tuneladoras, que prevén comenzar su trabajo a lo largo de este viernes, podrían tardar entre 12 y 16 horas en perforar 50 metros. Se ejecutan dos puntos de acceso vertical «porque cada uno puede presentar estratos diferentes y, por tanto, alterar la velocidad de trabajo para llegar al punto deseado», señaló el ingeniero. 

Una vez a la altura del espacio donde se cree que está el pequeño, los mineros del equipo de Salvamento de Hunosa practicarán «de forma manual con una piqueta y protecciones de madera» dos galerías horizontales de un metro por 1,20 para llegar hasta el pozo, en las que se pueden presentar los mismos problemas. Es la parte más delicada. La idea es que faciliten el camino a los equipos de rescate del menor.

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