El intendente de Paraná, la ciudad que visitó el presidente, está peleado con el gobierno nacional. Cambiemos juntó unas tres mil personas en el Parque Urquiza y la falta de movilización del sector radical de Varisco menguó la asistencia.

En el acto se comentaba la falta de convocatoria del sector del intendente.

El gran ausente del acto de Mauricio Macri este lunes en Paraná fue el propio intendente de la ciudad, Sergio Varisco, electo por Cambiemos pero hoy muy distanciado del gobierno nacional.


Pese al continuado clamor de los dirigentes desde el escenario sobre la masividad de la marcha paranaense del “Sí se Puede”, al ver los espacios vacíos que quedaron en las inmediaciones del escenario no pocos asistentes comentaban que era una muestra de la falta de convocatoria del oficialismo local.

Al “Sí se Puede” de Macri en Paraná asistió gente de todos los departamentos de la provincia. Desde el escenario, enumeró las localidades que llegaron con sus carteles el propio Macri, pero antes lo habían hecho, arengando al público, Atilio Benedetti, Gabriela Lena, Alejandra Viola y Alfredo De Angeli.

Cuando los dirigentes clamaban por la presencia de los paranaenses se escuchaba la mayor ovación. Sin embargo, resultó evidente que los anfitriones que se acercaron hacia el Parque Urquiza lo hicieron en su enorme mayoría de manera independiente, no movilizando desde agrupaciones.


Apenas se vieron algunas remeras y banderas del Movimiento Social Entrerriano, de la Coalición Cívica-ARI y del PRO. Pero el Movimiento de Unidad Radical (MUR) de Varisco brilló por su ausencia. Tampoco se vio un despliegue de la dirigencia del sector: no marcaron presencia funcionarios del municipio ni concejales que responden al intendente.

La ausencia del propio Varisco tiene una explicación que no deja lugar a la intriga: el jefe comunal está recuperándose de una delicada cirugía por fractura de cadera que se le practicó hace poco más de una semana, tras el ataque que sufrió en la puerta de su casa. Pero no se oyó, tampoco, un mensaje de saludo por parte del intendente.

Malestar

La inquina entre Varisco y el gobierno de Macri explotó a mediados del año pasado, cuando se revelaron los vínculos entre el intendente y su sector político con Daniel “Tavi” Celis, líder de una banda dedicada al tráfico de estupefacientes. Apenas se conoció la noticia de que el radical paranaense era investigado por la Justicia, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, le soltó la mano con duras declaraciones en las redes –que luego sostendría en visitas a la provincia- y comenzó el aislamiento de Varisco respecto de la Casa Rosada.

El Intendente de Paraná, Sergio Varisco, acaba de ser procesado por vínculos con el Narcotráfico.
Quien se ponga del lado equivocado tendrá su castigo. Para nuestro gobierno no existen amigos ni privilegios que nos frenen en nuestro camino hacia una Argentina Sin Narcotráfico.— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) 
June 18, 2018

El único funcionario nacional que volvió a recibir públicamente al intendente fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Pero el caso Varisco era demasiado polémico de la Casa Rosada como para respaldarlo, y la relación entre el presidente municipal de la capital entrerriana y la cúpula política e institucional de Cambiemos nunca volvió a ser la que cultivaban previo a la causa narco. De hecho, ni siquiera la brutal agresión que sufrió Varisco semanas atrás mereció mensajes de solidaridad de la dirigencia nacional macrista.

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