Michael Cohen, quien busca cooperar con la justicia para rebajar su eventual condena, reconoció haber mentido sobre los negocios del presidente en Moscú

El presidente Donald Trump ha pedido una sentencia “íntegra y completa” para su exabogado Michael Cohen, que la semana pasada se declaró culpable, ante un tribunal de Manhattan, de haber mentido al Congreso al tratar de ocultar el verdadero alcance de los negocios de Trump en Moscú durante su campaña para las elecciones presidenciales que le llevaron a la Casa Blanca hace dos años. El presidente interfiere así en un proceso judicial en curso contra su otrora fiel colaborador, que busca reducir su eventual condena alegando su cooperación en las pesquisas del fiscal especial Robert Mueller, que investiga la injerencia rusa en las elecciones de 2016 y la posible coordinación del Kremlin con la campaña del hoy presidente. Cohen, sobre el que está previsto que los jueces dicten sentencia el próximo 12 de diciembre, también se había declarado culpable, en agosto, de evasión fiscal y financiación ilegal de la campaña, entre otros cargos.

“Michael Cohen pide al juez que no le condene con prisión. ¿Quieren decir que puede hacer todas esas cosas TERRIBLES (…) y no pagar con una larga pena de prisión?”, se preguntó el presidente en su habitual ronda de tuits matinal. “Ha mentido (…) y debe, en mi opinión, cumplir una sentencia íntegra y completa”, añadió Trump. Es, cuando menos, inusual que un presidente realice comentarios de ese tenor sobre un proceso judicial en marcha.

Los abogados de Cohen pidieron el viernes al juez que no le condene a prisión. Alegan que su cliente ha cambiado y está cooperando ampliamente con el fiscal especial Mueller, a cuya investigación Trump se refiere como una “caza de brujas”. El presidente, después de que Cohen se declarara culpable la semana pasada, le ha calificado de “débil” y mentiroso.

En un escrito al juez, Cohen aseguró que, al contrario de lo que había defendido ante el comité investigador del Senado por “lealtad” al presidente, la compañía de Trump siguió intentando sacar adelante un proyecto para construir un rascacielos en Moscú cuando el magnate estaba ya metido en su campaña presidencial. Cohen, que era la persona designada por Trump para negociar con los oficiales rusos, reconoció que mintió cuando dijo que el proyecto se abandonó en enero de 2016. La operación, admitió Cohen el pasado jueves, siguió en realidad en marcha hasta junio de 2016, fecha en la que los rivales de Trump se retiraron y despejaron el camino a la designación del magnate como candidato oficial del Partido Republicano, cosa que sucedió un mes después.

El presidente también ha arremetido contra Mueller, blanco predilecto de sus tuits matinales. “Bob Mueller (que es un hombre muy diferente de lo que mucha gente piensa) y su descontrolada banda de demócratas enfadados no quieren la verdad, solo quieren mentiras. ¡La verdad es muy mala para su misión!”, ha tuiteado. Robert Mueller, republicano, fue designado como fiscal especial para la investigación de la trama rusa por el también republicano ex fiscal general adjunto Rod Rosenstein, colocado por Trump.

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