«Lo ocurrido es bárbaro e inadmisible; estamos estudiando la respuesta. Nada está descartado”, amenaza el presidente estadounidense

La maquinaria se ha puesto en marcha. El terrible ataque contra la ciudad siria de Duma, con al menos 49 muertos, ha desatado las iras de Donald Trump y activado la búsqueda de una respuesta “fuerte y conjunta” con sus aliados. Pese a los desmentidos de Moscú y Damasco, Washington considera que se trató de una agresión con armas químicas perpetrada por las fuerzas de Bachar el Asad. “Es atroz, bárbaro e inadmisible, en 24 o 48 horas tomaré una decisión”, amenazó Trump. París y Londres apoyaron a Washington en la ONU.

Trump ha puesto rumbo de colisión. El domingo, en una serie de tuits incendiarios, acusó a El Asad de la matanza, responsabilizó a Putin por apoyarla y aseguró que Siria iba a pagar un “alto precio”. Ayer el presidente dio un paso más. “Esto es algo que afecta a la humanidad y no podemos consentirlo. Estamos estudiando lo ocurrido detenidamente y hemos tratado de llegar a la gente que está allí, pero está cercado. ¿Si son inocentes por qué no nos dejan entrar? Si ha sido Rusia, si ha sido Siria, si ha sido Irán, si han sido todos juntos, lo vamos a resolver”, afirmó.

La naturaleza de su decisión es un misterio. Pero el giro radical que ha tomado su Gabinete, con el estreno ayer del halcón John Bolton como consejero de Seguridad Nacional, y la designación del director de la CIA, Mike Pompeo, como futuro secretario de Estado, apuntan a una intervención militar. No sería la primera en Siria y además casaría con la línea roja establecida hace un año por el propio Trump, cuando ante una matanza similar del régimen sirio arrasó con 59 misiles Tomahawk la base aérea de Shayrat, en la ciudad de Homs.

El ataque mandaría además una señal clara a quienes han creído que EE UU flaquea en Siria. Una idea que alimentó el propio Trump al manifestar hace una semana su deseo de repatriar a los 2.000 soldados desplazados. Vacilación que vino seguida de la brutal agresión a Duma. “No hacer nada ahora sería un fracaso moral y estratégico”, ha escrito el presidente del think tank Consejo de Relaciones Exteriores, Richard Haas.

RUSIA ALERTA DE “GRAVES REPERCUSIONES”

El Consejo de Seguridad de la ONU arrancó con una advertencia. El enviado especial en Siria, Staffan de Mistura, en un tono dramático hizo saber que en el tablero sirio se juega “la seguridad internacional, no solo la regional”.

La alerta la ahondó el embajador ruso, Vassily Nebenzia. Tras negar el uso de armas químicas en Duma y prometer, con apoyo de Siria, el acceso de los investigadores a la ciudad atacada, Nebenzia hizo saber que una intervención militar estadounidense contra el régimen sirio acarrearía “graves repercusiones”.

Con estas coordenadas, la Casa Blanca se ha adentrado en un debate sobre el alcance de su respuesta. Perdido el factor sorpresa, los expertos consideran que EEUU tiene dos opciones en caso de intervención: un castigo militar aún más duro que el infligido en 2017 a Siria o una acción conjunta con sus aliados que muestre su poderío y amplifique su legitimidad.

A esta última posibilidad correspondería la llamada que el domingo por la noche hizo Trump al presidente francés, Emmanuel Macron. “Ambos líderes condenaron con fuerza los terroríficos ataques con armas químicas en Siria y acordaron que el régimen de El Asad tenía que pagar por sus continuos abusos a los derechos humanos. Acordaron coordinar una respuesta fuerte y conjunta”, señaló la Casa Blanca.

En esa línea, EEUU y sus aliados convocaron ayer al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para forzar la apertura de una investigación que pusiera contra las cuerdas a Damasco y Moscú. En el debate, la embajadora estadounidense, Nikki Halley, dejó claro que su país actuaría hubiese o no acuerdo en el consejo. “Ha llegado el momento en que el mundo vea que se hace justicia”, dijo.

Los representantes de París y Londres apoyaron con firmeza a Washington. “Francia está dispuesta a todo con sus aliados”, dijo el embajador francés. “Todas las opciones están sobre la mesa”, señaló la legada británica.

En la resolución que votará este martes se proponía una investigación independiente para determinar en 30 días las características del ataque. Hasta la fecha el intento de crear una comisión de este tipo ha sido vetado por Rusia, lo que ha aumentado las sospechas de connivencia con El Asad.

“Lo primero que tenemos que aclarar es por qué aún se están empleando armas químicas, cuando Rusia en 2014 se erigió en garante de su retirada total en Siria”, señaló el secretario de Defensa, Jim Mattis. El presidente fue más lejos: “Si Putin ha sido responsable, pagará por ello. Todos pagarán”.

%d