El sector automotor y autopartes, la producción animal, los componentes eléctricos, litio, recursos oceánicos, nanomedicina y transporte y logística cuentan con planes operativos acordados con la cartera científica para catalizar inversiones y proyectos, los cuales reciben financiamiento estatal.

El 50% de los mil millones de pesos de presupuesto con el que cuenta el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva se destina a «iniciativas que involucran a empresas» en el marco de la política de incorporar al sistema científico tecnológico con el mundo empresarial.

El subsecretario de Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Fernando Peirano, destacó en el “Encuentro del Sector Público-Privado en Tecnologías de la Información”, desarrollado en la sede de la Cámara Española de Comercio de la República Argentina (CECRA), que este año el Ministerio abrió 10 mesas de discusión con el sector privado para avanzar en la redacción de planes operativos, entre las que se cuentan el sector automotor y autopartes, la producción animal, los componentes eléctricos, litio, recursos oceánicos, nanomedicina y transporte y logística.

Esos planes operativos u hojas de ruta serán «catalizadores de inversiones y proyectos», sostuvo.

En su exposición el funcionario remarcó que si bien la inversión en investigación y desarrollo de la Argentina (o,65% del PBI) es baja respecto de otros países como Canadá, China, Alemania, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, al analizar la inversión que realiza sólo el sector público, «la comparación con otros países no nos deja tan atrás».

En la Argentina, el sector público invierte el 0,5% del PBI en Investigación y desarrollo (con un 0,65% del PBI en total), mientras que en China que supera el 2% del pbi en total el sector público aporta 0,4%; y en Estados Unidos (2,5% en total) el Estado invierte el 0,7%, según datos publicados en la web del Ministerio conducido por Lino Barañao.

«La historia pasa por el compromiso del sector privado» en la inversión en investigación y desarrollo, subrayó Peirano.

El desafío propuesto en el plan argentina innovadora 2020, promovido el año pasado es la inclusión en el núcleo productivo del país (agrario y con un desarrollo industrial intermedio) de sectores cuya actividad «no se basa en los comodities sino en la calidad, los procesos y en los recursos humanos».

Entre esos sectores, Peirano identificó a la industria del software, los medicamentos, las energías no convencionales, la maquinaria agrícola, la manufactura de diseño, la química, los equipamientos médicos.

«Hay una transformación desde el compromiso de los científicos en la vinculación con las empresas», y los esfuerzos realizados en los últimos años permiten que hoy aparezcan «emprendedores y empresas de nanotecnología, biotecnología y tecnologías de la información y la comunicación» (Tics), agregó el funcionario.

Insistió en señalar como cuello de botella para estas áreas la escasez de profesionales, y marcó la preocupación ministerial sobre los procesos de concentración que se dan en estos mercados.

«Las políticas tiene que sofisticarse», agregó Peirano, para señalar tres áreas en las que se está avanzando: compras públicas, infraestructura y propiedad intelectual.

Respecto al último tema explicó que «se están generando las estructuras institucionales» para conformar una pirámide que tiene pro base a las «unidades de vinculación tecnológica -ya en funcionamiento- que integran el Estado, el sector académico y las empresas».

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