A la par de una fuerte retracción en los distintos rubros, enfrentan una importante suba de los costos fijos y luchan por no cerrar. Las ventas están estancadas y muchos comercios ya cerraron o despidieron empleados.

Jorge López, titular de la Federación Económica de Entre Ríos (Feder), expresó: “Luego del amesetamiento que hubo en 2015, hay una caída en las ventas comparando con igual período del año anterior. Hace tiempo venimos planteando esta situación. Notamos un reacomodamiento en los locales, se están repactando los costos del alquiler, que en Paraná son muy altos para la realidad actual. Además los comercios están sufriendo la disminución en las ventas debido a las ventas ilegales”. Esta es una denuncia frecuente desde los organismos que representan a las pymes y al respecto, López fue categórico: “No se combate porque al gobierno no le importa el sector que más le tributa, que más le aporta y que más fuente de trabajo le genera, no hay otra explicación. De todas maneras, en muchas localidades hay avances significativos y hay esfuerzos por proteger al comercio local”, dijo, y comentó: “En Paraná nos reunimos el martes con el intendente Sergio Varisco y se comprometió a hacer una fuerte acción sobre los vendedores ambulantes. También esperamos reunirnos con legisladores para que aporten una solución a esta cuestión”.

“Otro tema es la inflación, que conspira con la rentabilidad de los negocios. El comerciante compra a un precio pero no sabe si el mes siguiente podrá cubrir la compra del mismo producto al mes siguiente. Tiene en muchos casos que resignar rentabilidad para poder vender”, sostuvo el dirigente, quien señaló que esperan un repunte en los próximos meses de la mano de la resolución de las paritarias en los distintos sectores.

Fuerte advertencia

“El sector que más empleo otorga a nivel nacional y reinvierte en su localidad se ve acechado por obligaciones fiscales, mientras en todo el país y también en Entre Ríos se registra cada vez más venta marginal, manteros, venta ambulante, fraude marcario, contrabando y grandes empresas que establecen domicilio en paraísos fiscales con claros propósitos de evadir impuestos y fugar capitales”, advierten desde distintos centros comerciales de Entre Ríos.

Desde que comenzó el año, en términos generales, las ventas están estancadas en la mayoría de los rubros. Ni siquiera con el comienzo de las clases en marzo el sector logró algún tipo de repunte en los que cobran impulso con el retorno de los chicos al aula. El movimiento comercial de marzo cerró con un 5,8% por debajo de igual período de 2015. A la par, aumentaron las cargas impositivas, los alquileres y un acuerdo con el gremio que representa a los trabajadores del sector estipuló una suba en los salarios.

En estas condiciones, los propietarios de los negocios intentan resistir a la pérdida de rentabilidad, confiando en que se avecina un repunte. En muchos casos, están expectantes de la definición de las paritarias, que todavía no se resolvieron en la mayoría de las actividades.

Sin embargo resistir no es fácil cuando la tendencia a la retracción de las ventas se sostiene desde hace tiempo. El pesimismo va ganando espacio en algunos ámbitos, sobre todo en los que vienen más golpeados por otras variables, como es el caso de Concordia, donde la inundación que azotó a la ciudad durante el verano inauguró un período adverso del que los comerciantes temen no recuperarse.

“La caída de las ventas en la actualidad es importante en Concordia. Se registró escaso movimiento porque hubo muy poco turismo en enero y febrero debido a la inundación y en marzo la situación se acentuó”, señaló a UNO Walter Kleiman, presidente del Centro de Comercio, Industria y Servicio de la localidad entrerriana.

El dirigente aseguró que ya se ven muchos locales que cerraron sus puertas. “Sobre todo los más chicos, que son los que tienen menor capacidad de poder soportar la caída de ventas ante las crisis. Pero además, en algunos que no han cerrado se advierte que hubo despidos: siguen pero con menor cantidad de empleados”, dijo.

Por otra parte, sostuvo que en Concordia, a diferencia de otras ciudades donde hay más empleados públicos, el movimiento comercial se sostiene con la demanda de gente que trabaja en la actividad privada o depende de las economías regionales. Al respecto, opinó: “Cuando hay una mejoría, enseguida se percibe; lo mismo cuando cae la actividad económica. La gente que trabaja en el arroz, el arándano, entre otras actividades, son los que impulsan la actividad mercantil. Esos sectores están afectados por la lluvia y por eso creemos que a pesar de que se definan las paritarias no va a haber un repunte en el comercio de Concordia”, analizó, y agregó: “Lo que hay que hacer es poner en marcha el aparato productivo de las pymes”.

En alerta

En el Centro Comercial, Industrial y de la Producción de Concepción del Uruguay también están alertas “en virtud de la caída en el nivel de ventas producida en estos últimos meses, situación señalada por informes nacionales”. Sobre las causas, desde la entidad reflexionaron: “Se evalúan diversos motivos por los cuales el consumo ha bajado notoriamente: principalmente el incremento de precios desde fines del mes de noviembre hasta la actualidad, en virtud a la devaluación y aumento de costos internos –como la tarifa eléctrica, el combustible, los peajes, los alquileres–; sumado a la expectativa de los consumidores, la retracción de los salarios en virtud al poder real de compra y el aumento desmedido en impuestos provinciales, Inmobiliario y Automotor”.

Los representes del sector comercial en La Histórica advierten que “las dificultades económicas ya muestran signos alarmantes en sectores clave, como por ejemplo la construcción. Y los consumidores han optado por satisfacer obviamente sus necesidades primarias,  en detrimento de los demás artículos de consumo como son indumentaria, perfumería, esparcimiento, entre otros”.

El esfuerzo diario para poder  recuperarse

Daniel es propietario de un local de indumentaria unisex en Paraná. Si bien su negocio está en el centro, no se sitúa sobre la Peatonal. A pesar de eso, paga más de 20.000 pesos por mes de alquiler. Son tres empleadas las que trabajan en el lugar. Además de abonar el alquiler y los sueldos de sus empleadas, Daniel tiene que pagar impuestos, cargas sociales, publicidad, luz, gas y otros costos fijos mensuales, cada sufrieron aumentos periódicos durante los últimos meses.

Según explicó a UNO, poder responder a estas obligaciones requiere un volumen de ventas definido, que en estos días de lluvias se vio diezmado.

“Además del cambio climático, que afecta las ventas, se advierte una disminución considerable del movimiento en el negocio”, confió a UNO, y comentó: “Los costos fijos han subido, pero esta temporada los incrementos en la mercadería no. Una camisa que costaba 790 pesos el otoño pasado, vale ahora 890. La proporción de lo que subió no llega a cubrir el porcentaje de lo que hay que pagar por mes para sostener el negocio”, aseguró.

El comerciante señaló que “se resigna ganancia”, y añadió: “Estamos muy expectantes de que podamos recuperarnos en la parte comercial cuando se resuelvan las paritarias. Creo que eso va a hacer que la gente tenga más disponibilidad de dinero para comprar y se activen las ventas que en este momento están aplastadas”.

Rolando, que es fotógrafo desde hace dos décadas, aseguró: “La crisis se nota en todos los rubros”. Acto seguido, reflexionó: “Antes la gente contrataba mis servicios un año antes y ahora me llaman dos meses antes. Piden precios, y como cada vez hay más competencia, nos tenemos que adaptar”.

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