Siria anunció que expertos de la ONU tendrán acceso a la zona que fue bombardeada con supuestas armas químicas la semana pasada, un ataque que elevó la tensión en la región.

Ante los hechos de la semana pasada, la presión internacional evalúa opciones militares para intervenir en el país árabe sumido en una guerra civil.

La Cancillería siria lo informó en una declaración transmitida por la televisión estatal, pero no precisó detalles de cómo y cuándo se ejecutará la visita de los investigadores, cuyo anuncio se produce después de que la máxima responsable de desarme de la ONU, Angela Kane, que llegó ayer a Damasco, mantuvo una reunión con el ministro de Relaciones Exteriores, Walid al Muallim.

«Siria está dispuesta a cooperar con los inspectores en esta investigación para desenmascarar las mentiras de los terroristas cuando afirman que las tropas de gobierno habían usado sustancias bélicas en Al Ghuta Al Sharkiya», indicó la declaración de la Cancillería siria.

La misión de la ONU arribó a Siria el 19 de agosto para investigar puntualmente otros supuestos ataque con gas venenoso en el marco del conflicto interno que el país árabe vive desde hace más de dos años y que ya causó más de 100.000 muertos según ONU.

El supuesto ataque químico ocurrió dos días después e inicialmente el gobierno sirio del presidente Bashar al Assad se había negado a autorizar el viaje de los inspectores a esa zona, porque no estaba entre los tres lugares pactados previamente.

Pero luego de que lo anunció Damasco, la misión de Naciones Unidas confirmó en un comunicado de la Secretaría General el permiso para visitar la zona y aseguró que comenzará mañana las pesquisas.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dio instrucciones al jefe del grupo de inspectores, el profesor sueco Åke Sellström, para que otorgue la máxima prioridad al incidente en el que, según rebeldes sirios, le costó la vida a más de 1.000 personas.

Asimismo, confirmó que el gobierno sirio prometido la «cooperación necesaria» con la investigación del incidente, incluido el «cese de las hostilidades» en el lugar del ataque.

Según la oposición, la situación de seguridad en la zona donde se produjo el supuesto ataque químico es muy mala, pero aseguró que le garantizaría la seguridad de los expertos de la ONU.

Ayer, por primera vez desde la denuncia de la oposición siria, la organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) aportó  información independientes sobre el ataque del miércoles pasado sobre Al Ghuta.

En un comunicado, MSF informó que en tres hospitales de la provincia de Damasco con los que colabora desde 2012 afirman que desde el miércoles trataron a 3.600 pacientes “con síntomas neurotóxicos”, de los que 355 murieron en poco tiempo.

En este contexto, Estados Unidos y el Reino Unido se mostraron  unidos al lanzar una amenaza de “respuesta grave” contra el gobierno sirio de confirmarse el supuesto uso de armas químicas contra civiles, informaron fuentes oficiales británicas que precisaron que Barack Obama y David Cameron llegaron a esta postura en una conversación telefónica que mantuvieron anoche.

Desde París, el presidente François Hollande acusó al gobierno sirio del supuesto ataque con armas químicas, y exigió que el hecho no quede «impune». Según Hollande, hay «una serie de pruebas» que indican que en el ataque se usaron armas químicas «y todo parece apuntar a que el régimen sirio es el responsable».

El mandatario galo conversó con el primer ministro británico, con quien acordó conversar pronto sobre «qué respuestas dar a este acto intolerable».

Hollande también dialogó por teléfono hoy con Obama, a quien le transmitió su convicción de que el gobierno sirio es el responsable del ataque, y con la canciller de Alemania alemana, Angela Merkel, y coincidieron en denunciar «el uso espantoso de armas químicas en Siria».

El secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, dijo que Washington sigue sopesando opciones sobre Siria.

«El presidente (Barack) Obama ha pedido al Departamento de Defensa que se prepara para todo (…) Estamos preparados para poner en marcha cualquier opción», dijo Hagel.

Luego de que Estados Unidos, Reino Unido y Francia se mostraron  unidos al lanzar una amenaza de “respuesta grave” contra el gobierno sirio y su supuesto uso de armas químicas contra civiles, los aliados de Damasco no tardaron en responder.

Tanto Irán como Rusia cuestionaron duramente a las potencias occidentales y su “injerencia” en la política interna siria.

Moscú hizo hoy un llamamiento a la «cordura» y a evitar «errores trágicos» y calificó de «inaceptable» la postura de quienes hablan de una posible intervención militar en Siria. Rusia insiste en que no se el gobierno sirio no utilizó armas ilegales y que, de hecho, los que sí las abrían empleado son los rebeldes.

Por su parte, el vicecomandante de la Fuerza Aérea iraní, Massud Yayeri, advirtió a Estados Unidos contra cualquier intervención.

«Estados Unidos sabe cuál es la línea roja que no se puede traspasar en Siria. Si se cruza esa línea, tendrá consecuencias graves para la Casa Blanca», advirtió Yayeri, según la agencia de noticias iraní Fars.

En Roma, el papa Francisco hizo un nuevo llamamiento a la comunidad internacional para que busque urgentemente una solución pacífica a la guerra civil en Siria.

El mundo tiene que darse cuenta de la trágica situación de Siria y hacer todo lo posible para que por la vía del diálogo acabe esta guerra que trae destrucción y muerte, dijo el pontífice argentino durante el rezo del Ángelus en la plaza de Pedro del Vaticano.

Al parecer, en referencia a las informaciones sobre los ataques con gas venenosos, el papa lamentó las «terribles imágenes». Hay que silenciar las armas en esta «guerra fratricida», exigió.

En Jerusalén, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, calificó el presunto ataque con armas químicas cerca de Damasco de «terrible tragedia» y de «crimen.

«Esta situación no puede continuar», señaló el jefe de gobierno israelí. «Los regímenes más peligrosos del mundo no deberían tener las armas más peligrosas del mundo», subrayó.

Sobre el terreno, la agencia de noticias estatal SANA informó que el gobernador de la provincia siria de Hama, Anas Naem, murió en un atentado con coche bomba en la capital homónima.

Mientras que los rebeldes de Al Nusra, un grupo vinculado a Al Qaeda, emitieron un video en el que su líder, Abu Mohamed Al Golani, amenaza con atacar villas alauitas –la minoría a la que pertenece el presidente Al Assad- como venganza por la muerte de civiles, la mayoría opositores, en el supuesto ataque químico de las afueras de Damasco.

En tanto, el Ejército Libre de Siria aseguró que recibió 400 toneladas de armas desde la frontera turca, pagadas por países del Golfo Pérsico, con las que tratarán de mejorar su oposición a las tropas del Al Assad. Pero el gobierno turco desmintió que por sus fronteras hayan pasado armas hacia Siria.

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