Fin al pulso entre Italia y la Unión Europea sobre la inmigración. Las autoridades comunitarias han determinado la acogida de 116 inmigrantes que fueron rescatados en el mar la semana pasada y a los que el Gobierno italiano les negó el permiso de desembarcar en tierras de la nación transalpina. Una condición fijada por Matteo Salvini, para permitir que se produjera el desembarque.

«AlemaniaPortugalFranciaLuxemburgo e Irlanda, junto con algunas instalaciones gestionadas por obispos italianos, se harán cargo de los 116 migrantes a bordo de este barco. Nos ha llevado varios días persuadirlos y despertar sus conciencias porque todos son muy generosos con los puertos de otras personas», declara irónico Matteo Salvini, viceprimer ministro y ministro del Interior de Italia.

Aunque esta última crisis parece haber terminado, casi todos están de acuerdo en que el buque Gregoretti está lejos de ser la última embarcación que transporta inmigrantes y pide permiso para desembarcarlos en los puertos de los países mediterráneos de la UE, especialmente Italia.

«Tras el desembarco de 116 inmigrantes del Gregoretti, el barco de los guardacostas italianos, y después de que 5 países europeos y algunas estructuras hayan dado luz verde a su acogida, el ministro del Interior, Salvini, ha firmado una orden que prohíbe el acceso a aguas italianas del buque ‘Alan Kurdi’, operado por la ONG alemana SeaEye, a bordo del cual viajan unos 40 inmigrantes libios», afirma Giorgia Orlandi, corresponsal de Euronews en Roma.

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