La sequía en Entre Ríos provocó pérdidas ganaderas por más de U$S492 millones

Cerca del 90% de los productores debieron encerrar a la hacienda al no quedar nada de pastoreo y alimento, se detectaron abortos en las vacas por el estrés calórico, y también una importante mortandad de vacunos.

El 2022, según la Bolsa de Cereales entrerriana, fue el año «más seco de los últimos sesenta» períodos, y el trienio 2020/21/22, se destaca como el más seco «jamás observado».

Los registros pluviales en Entre Ríos se posicionaron entre los diez más bajos de los últimos 60 años en gran parte de la provincia, donde también las lluvias caídas llegaron a ser hasta seis veces menos de lo que normalmente debe llover.

Ese escenario, y las temperaturas por encima de los valores normales, provocó una casi nulidad de reservas hídricas y un marcado avance de la sequía en el suelo entrerriano.

De esa manera se generó un retraso en las siembras, resiembras, fuertes consecuencias sobre los cultivos, y se complicó la producción de forraje, principal alimento del ganado.

Por eso, los productores ganaderos registraron una importante mortandad de vacunos, debieron vender cabezas al no poder alimentarlos, y la condición corporal del resto del ganado presentó una caída interanual del 30 al 35%.

El sector lechero no logró recuperar los lotes que se utilizan para pastoreo y no obtuvieron reservas de pastura, por lo que a finales del 2022 se registró una caída en la producción lechera del 20 al 30%.

Por otra parte, la Fundación de Lucha contra Fiebre Aftosa (Fucofa) de Entre Ríos analizó y cuantificó las pérdidas producidas en el sector ganadero exclusivamente por la poca producción de forraje hasta el 31 de marzo pasado.

El organismo no tuvo en cuenta la mortandad de animales, ventas forzosas, pérdidas de condición corporal, sobrecostos por traslado de agua y suplementación, entre otros factores.

La entidad dividió la provincia en cuatro zonas: norte; centro y centro sur; islas; y campos bajos (anegadizos).

La zona norte registró pérdidas totales de las 2.343.641 hectáreas destinadas a la ganadería, la centro y centro sur tuvo daños en el 50% de la disponibilidad forrajera, estimada en 1.993.569 hectáreas, mientras que en el resto de las zonas no hubo pérdidas.

Con un valor promedio de $12 por kilogramo de materia seca producida y un rendimiento de 1.800 kilos por hectárea, la pérdida económica fue de 253.113.228 dólares en la zona norte.

Para la siguiente zona con pérdidas, el rendimiento fue de 2.000 kilos de materia seca por hectárea, y la producción forrajera perdió un total de U$S 239.228.280.

La pérdida total es de U$S 492,3 millones en Entre Ríos, algo que «tendrá consecuencias negativas que persistirán por varios ciclos productivos en los productores entrerrianos», detalló el presidente de la Fucofa, Jorge Ruiz.

«Veremos una disminución del rodeo provincial, un menor destete en años próximos y muchas otras consecuencias sobre el sector ganadero en general», completó.

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