El ex presidente dijo que 2 de cada 3 dólares de la deuda que él tomó fueron para pagar vencimientos del gobierno anterior. Radiografía del descalabro financiero que provocó su gestión en sólo 4 años.

La administración de Mauricio Macri casi duplicó la deuda pública respecto del PBI (89,6%) en comparación con la que heredó en diciembre de 2015 (52,6%) de Cristina Kirchner, una gestión signada por el desendeudamiento en gran parte de sus mandatos, a excepción de los últimos dos años cuyo ratio con el Producto Bruto Interno aumentó porque la economía estuvo prácticamente estancada desde 2011.

El stock de deuda en términos brutos del último gobierno de la ex mandataria subió, pero fue en su mayoría deuda con intersector público, la menos problemática, porque no tenía acceso a los mercados financieros debido al juicio con los fondos buitre de Paul Singer. También se incrementó, en menor medida, las obligaciones con el Club de París.

Es cierto que Mauricio Macri apenas asumió cumplió con pagarle a los holdout, una deuda por cierto cuestionable, y lo hizo tomando más deuda. Se pagaron también algunas cuotas de Club de París, que es una deuda que se arrastraba hace 60 años y el entonces ministro de Economía Axel Kicillof terminó de negociar en su gestión de 2015. Se hizo un plan de pagos y algunas cuotas se cancelaron en el gobierno de Macri.

Luego, siguió realizando colocaciones en dólares – un insólito bono a 100 años- para realizar la llamada bicicleta financiera, que terminó colapsando la economía argentina, generó desconfianza de los inversores y el mercado en su gestión, le provocaron varias corridas cambiarias desde 2018 y tuvo que recurrir al FMI para financiar la fuga de capitales, que se triplicó en 4 años al pasar de USD 8,5 mil millones en 2015, a niveles cercanos a los USD 27 mil millones en los años 2018 y 20197 .

«Lo que se mide a lo hora de evaluar la gestión financiera es cómo evoluciona tu volumen de deuda en relación al PBI, a las reservas o a las exportaciones. Y con Macri casi se duplicó el ratio PBI/deuda», subrayó el economista de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) Sergio Chouza.

Pero vamos por parte. Lo sano en materia financiera es emprender un proceso de desendeudamiento. Sin embargo, Macri reconoció anoche en entrevista con el periodista Joaquín Morales Solá que no pudo solventar los vencimientos de deuda anteriores con excedente de dólares que debían generarse a través del flujo comercial, de los servicios o inversión directa extranjera, por ejemplo. Nada de eso sucedió y reconoce que tuvo que recurrir a los mercados externos para refinanciar la deuda del gobierno anterior .

Deuda que pagó a medias y, encima, duplicó el endeudamiento existente medido en PBI mientras que en términos nominales lo incrementó en 120.000 millones de dólares. Dejó un stock de deuda pública total de 323.065 millones de dólares, de los cuales el 60% se concentraba en títulos públicos, 25% en préstamos y 10% en instrumentos de corto plazo (letras).

TOMAR DEUDA EN DÓLARES PARA PAGAR DEUDA EN PESOS

Textualmente, ayer Macri dijo: «A todas las mentiras que dice el gobierno nacional quiero aclararlo: dos de cada tres dólares que nuestro gobierno tomó fueron para pagar deudas del gobierno anterior (holdout, Ciadi, YPF) y el otro dólar fue para financiar el déficit. Y el déficit lo genera el presupuesto, y el presupuesto lo aprueba el Congreso, que en mi gestión la mayoría la tenía el kirchnerismo y se la pasó aprobando presupuestos que no contábamos con recursos suficientes, así que no tuve alternativa y tuve que tomar deuda».

En esa frase, el ex jefe de Estado reconoce que decidió tomar un tercio de deuda más para financiar el déficit fiscal, es decir, gasto corriente en pesos. Argentina gasta en pesos, pero su gobierno decidió financiar la deuda en pesos tomando deuda en dólares, a un dólar que terminó encareciéndose un 546% en 4 años:pasó de $9,75 con cepo en diciembre de 2015 a $63 en diciembre de 2019 y con cepo.

Colocar deuda en pesos para financiar gastos en pesos no era opción para el macrismo, evidentemente.

«Esto es un manejo macroeconómico temerarario. Lo sano hubiera sido que no tomó deuda para cubrir los vencimientos anteriores porque fue desendeudando o, que cumplió parte de los vencimientos anteriores con excedente de dólares generados por mayor exportaciones, inversiones o servicios, y que colocó deuda para ir manteniendo equilibrado el ratio deuda/pbi, pero no que refinanció el total de la deuda con más deuda y, además, colocó deuda en dólares para pagar gastos en pesos», alertó Chouza.

¿REALMENTE TODA LA DEUDA DE MACRI FUE PARA PAGAR DEUDA ANTERIOR?

Un informe de este año del Banco Central es bien claro en cómo fue el manejo de la deuda pública. De los 108.000 millones de dólares por deuda que tomó El Estado nacional (sin contar las provincias) en la era Macri, 86.200 millones salieron del sistema en esos 4 años, es decir, tomó deuda para casi en su totalidad financiar la fuga de capitales.

De acuerdo al informe de la autoridad monetaria, entre enero de 2016 y abril de 2018 se alimentó el ciclo de endeudamiento y valorización financiera con el ingreso de divisas por deuda pública, privada e inversiones especulativas de portafolio por USD 100.000 millones. El 81% de las divisas que ingresaron al mercado de cambios provinieron de colocaciones de deuda del Sector Público Nacional (USD 64,5 mil millones), provincias (USD 11,4 mil millones), y de empresas (USD 11,8 mil millones), y de la entrada de capitales especulativos4 (USD 12,3 mil millones) atraídas por las altas tasas de interés que se ofrecían. El macrismo llegó a entregar en 2019 90% de interés por las Lebac.

Por su parte, la inversión extranjera directa (IED) no logró despuntar pese a la aclamada “lluvia de inversiones”. En efecto, estas últimas apenas representaron 4,3% (USD 5,3 mil millones) de la totalidad de capitales que ingresaron en este período.

Y así como el Estado nacional se endeudó en esos 2 años por 64,5 mil millones de dólares, exactamente en el mismo período la formación de activos externos totalizó en 41,1 mil millones de dólares (es decir, la enorme mayoría de la deuda que tomó el gobierno de Macri sirvió para financiar la fuga de dólares), más el déficit de la balanza de servicios (USD 24,5 mil millones; fundamentalmente ligados al turismo) y el creciente pago de intereses (USD 22,6 mil millones).

«Si bien esta política de endeudamiento permitió que durante este primer período se acumularan reservas internacionales (USD 29,4 mil millones), ya se destacaban signos importantes de alerta. Casi el 70% de los dólares financieros que ingresaron al país, salieron en ese mismo período en concepto de formación de activos externos del sector privado y pago de intereses y utilidades», resaltó la entidad que conduce Miguel Pesce.

En los segundos dos años de Macri sucedió lo mismo. La insostenibilidad del programa macroeconómico se hizo evidente con la imposibilidad de refinanciar las deudas ante el cierre parcial de los mercados internacionales para Argentina a principios de 2018. De esta forma comenzó una segunda etapa signada por la inestabilidad cambiaria, la salida de capitales especulativos, la aceleración de la fuga y la pérdida de reservas internacionales.

El préstamo del FMI pasó a ser la fuente primordial de nuevo financiamiento entre mayo de 2018 y octubre de 2019, cuando fueron establecidos los controles cambiarios más estrictos. Del total pautado con el Fondo llegaron a desembolsarse cerca de USD 44,5 mil millones. Estos fondos junto a las reservas internacionales abastecieron una fuga de capitales del sector privado, que alcanzó los USD 45,1 mil millones en ese mismo período, una salida de capitales especulativos por USD 11,5 mil millones (casi los mismos que entraron dos años antes) y los servicios de la deuda (pública y privada) por USD 36,9 mil millones.

«Buena parte de la fuga estuvo alimentada por la entrada de fondos especulativos que entraron para el carry trade. Esos incluso aún no terminaron de salir, y hoy los seguimos sufriendo», aclara Chouza.

Según los técnicos del Banco Central se trata de fondos golondrinas que tienen 7.000 millones de dólares. Ingresaron a la plaza local hasta 2019 para hacer “carry trade” con las altas tasas que el Banco Central pagaba en pesos, y que no pudieron salir del país para salvarse de las devaluaciones que se sucedieron desde marzo de 2018.

¿QUÉ ES CARRY TRADE?

Fondos especulativos recurren a mercados emergentes que dan enormes tasas de interés al corto plazo porque, justamente, sus economías están al límite, pero traen dólares desde el exterior, los cambian por pesos y los invierten a tasa de interés local. El negocio funciona si la tasa de interés que paga por ejemplo el Banco Central por sus letras supera la tasa esperada de devaluación. Si el dólar se mueve bruscamente, como ocurrió desde 2018, se provocan corridas cambiarias.

Esos fondos que quedaron intentan hoy salir como sea por el contado con liqui. De ahí la disparada del precio del dólar contado con liqui y la brecha del 100% que llegó ayer con el dólar mayorista, y que le provoca dolores de cabeza al actual gobierno.

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