Sin nada que mostrar luego de casi 4 años de gestión Macri se corre del centro de la campaña y pasa el protagonismo a esa masa informe de «defensores del cambio» para quienes las estadísticas no dicen nada. Macri apuesta al triunfo de lo afectivo por sobre el argumento.

La situación socio económica después de casi 4 años de gestión de Cambiemos no deja de reportarle malas noticias a un soprendentemente todavía esperanzado Mauricio Macri con alcanzar la reelección.

En los últimos días el Indec informó que el umbral por debajo del cual se cae en la pobreza llegó en agosto pasado a los 33 mil pesos; que el desempleo creció al 10,6% en el segundo trimestre del año y alcanzó así su marca más alta en los últimos 14 años y que la inflación mayorista en agosto fue del 11,2% lo que anticipa una nueva aceleración de los precios minoristas en los próximos meses.

Frente a este escenario que combina superendeudamiento, default, recesión, inflación, desempleo y pobreza y con todos los sondeos de intención de voto ubicandolo 20 puntos por detrás del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, Macri apela a lo único que le queda: la épica. Y para que la épica sea completa siempre debe incluir una cierta dosis de irracionalidad.

Mauricio Macri@mauriciomacri

YO VOY! El sábado 28 a las 17 comienza La Marcha del #SíSePuede en Barrancas de Belgrano, Ciudad de Buenos Aires. Tenemos una semana para coordinar con otros y armar carteles.

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Con el eje puesto en 30 ciudades clave Macri lanza su campaña «Sí, se puede». La apuesta es sencilla y en rigor los intendentes de la provincia de Buenos Aires y la propia María Eugenia Vidal ya la pusieron en práctica, y se basa, principalmente en correr al propio Macri del foco de atención.

Macri apuesta a mostrar 30 multitudinarias marchas en su favor. Corrida su gestión del foco de atención y corrido el propio Macri del lugar de protagonismo, Juntos por el Cambio apuesta a que los «defensores del cambio» sean los protagonistas de su campaña.

Inspirado por la inesperada «Plaza del sí» del pasado 24 de agosto, el macrismo apuesta más al componente afectivo, emocional, que al argumento. No hay promesa de «haber sentado las bases para el crecimiento futuro» que no se estrelle con la necesidad de haber declarado la emergencia alimentaria en el país que Macri había prometido en convertir en «el supermercado del mundo».

Mauricio Macri@mauriciomacri · 17h

YO VOY! El sábado 28 a las 17 comienza La Marcha del #SíSePuede en Barrancas de Belgrano, Ciudad de Buenos Aires. Tenemos una semana para coordinar con otros y armar carteles.

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Mauricio Macri@mauriciomacri

Te invito a que vengas con tu familia, tus amigos, tus hermanos, tus hijos. Que vengan todos. Esta es la marcha para ganar. Vamos que la damos vuelta! Sí, se puede!

Quienes están cerca del mandatario no comparten el nivel de entusiasmo que muestra y que sostiene esperanzas que solo una fuerte desconexión con la realidad parece capaz de explicar. Tal es así que el domingo pasado el arzobispo de Salta, Mario Cargnello, intentó traerlo a la realidad durante la misa que ofició en el marco de la fiesta del Señor y la Virgen del Milagro y de la que de la que participó el Presidente. «Usted dijo que iba a luchar por la pobreza cero. ¿Qué puede decir Salta de la pobreza?, Salta le da rostro a la pobreza. Por eso Mauricio, hablaste de la pobreza, llevate el rostro de los pobres».

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