Reclamaron una ley que regule el trabajo sexual autónomo y denunciaron que sufren «abuso, violencia institucional y vulneración de derechos».

Trabajadoras sexuales realizaron este martes una protesta frente al Congreso Nacional, a la que denominaron «tetazo», en reclamo de una ley que regule el trabajo sexual autónomo y denunciaron que sufren «abuso, violencia institucional y vulneración de derechos».
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemoró el lunes, la Asociación Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) organizó esta acción por sus derechos y para que se respete su «autodeterminación como trabajadoras sexuales».
«En estos últimos tiempos hemos sufrido constantes persecuciones, allanamientos compulsivos donde nos roban nuestras pertenencias, discriminación, maltratos, pérdidas de fuentes laborales, abusos y coimas policiales», dijo a Télam Georgina Orellano, coordinadora nacional de AMMAR.
Orellano explicó que buscan visibilizar las problemáticas del sector y agregó que se manifestaron frente al Congreso porque «la ley tiene que salir» para dejar de trabajar «en la clandestinidad y sin derechos».
«Creemos que la ley nos ayudaría, porque más allá de que estamos organizadas cooperativamente, el trabajo sexual en Argentina no tiene marco legal», explicó.
La dirigente aclaró que este tipo de trabajo «no está prohibido pero tampoco permitido» y enfatizó: «En ese vacío legal no tenemos derechos y se confunden delitos como la trata de personas y el proxenetismo, con actividades lícitas como el trabajo sexual de mujeres mayores de 18 años que ejercemos por voluntad propia».
«Nuestro sector siempre ha sido criminalizado y estigmatizado; hay mucho prejuicio en torno a nuestro trabajo y queremos que la sociedad no nos vea como víctimas, sino como sujetos de derecho», remarcó Orellano.
Para la dirigente «los constantes decretos provinciales y ordenanzas municipales que se están sancionando a lo largo y ancho del país para cerrar lugares de trabajo y las leyes que buscan penalizar a los clientes son formas de violencia».
«Que no se respete nuestra voluntad y autodeterminación como trabajadoras sexuales y que no se nos permita decidir sobre nuestros cuerpos, también es violencia», afirmó.

 

Fuente: Télam

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