El cantante fue sorprendido con una camara oculta que lo muestra ebrio, maltratando a sus bailarines y emitiendo frases polémicas, incluso contra sus propios hijos, a quienes hoy les pidió disculpas públicamente.

Alcides protagonizó ayer una polémica cámara oculta que se emitió en Intrusos. El popular cantante fue capturado in fraganti mientras viajaba en una camioneta con sus bailarines y su banda.

Las imagenes muestran al artista, aparentemente borracho, en medio de una discusión que deriva en insultos, maltratos y escandalosas apreciaciones sobre sus bailarinas, su banda e, incluso, sus propios hijos.

“Yo no voy a dejar de ser Alcides porque no labures más conmigo”, le respondió, y disparó: “nadie me conoce chupado. Yo tengo pedos de tres días, no de seis horas”.

“Se van todos a la puta que los parió y listo, no hablo más. Váyanse a la puta que los parió”, continuó el músico, y soltó la frase más polémica del video: “Todos los que nacieron en democracia son una bosta podrida. Todos, todos, no hago excepción ni con mis hijos. Yo tengo hijos del 2000, bosta podrida”.

Y volvió a cargar contra una de las jovenes bailarinas que lo acompañan: “Bailaste en Ramos Mejía y Ciudadela, puta. Las discusiones me llegan atrás de la oreja. Se acabó Alcides. Estos negros de mierda bailan en los boliches por 80 o 100 mangos”.


Las disculpas

A unas pocas horas de que el video se conociera, el cantante emitió un comunicado en el cual se intenta una defensa afirmando que el video reproduce una situación sacada de contexto, sin embargo pide perdón a sus hijos.

«En relación al video difundido ayer en el programa Intrusos, he de aclarar que reproduce una situación que mal puede comprenderse sin colocarse en el debido contexto.

La situación tiene lugar en la combi que nos traslada de show en show, que es el equivalente a la oficina de cualquier administrativo. Nuestro íntimo lugar de trabajo.

¿Quién no discutió con un compañero de trabajo y le dijo barbaridades de las que luego se arrepienta? La edición del video omite maliciosamente el inicio infantil de la discusión, que se originó cuando le pedí a la bailarina que me permitiera sentarme adelante para poder estirar mis piernas y se negó alegando que ella era tan importante como yo.

Esa falta de respeto, sumadas a otras ironías de la jovencita, generó mi ira, potenciada por la falta de sueño, y el cansancio de horas de trabajo, que sumado a mi temperamento me llevaron a decir cosas con el solo fin de compensar la injuria.

Soy una persona de más de 60 años, que suelo quejarme de los modales de los jóvenes y su falta de respeto a los mayores, refiriéndome a ellos como los “nacidos en democracia”, como regla mnemotécnica, y obviamente sin relación alguna con la forma de gobierno.

Lamento y condeno que dos jovencitas que apenas me conocen hace dos meses reemplazando a mis bailarinas titulares, cobardemente divulguen situaciones que pertenecen a una intimidad de trabajo, donde en evidente connivencia se aprovecharon de mi estado de agotamiento y mi carácter, quién sabe con qué fines.

Aquellos que trabajan conmigo hace décadas, pueden dar fe de mi proceder, de mi conducta y mis principios, sin dejar de tener en cuenta que soy una persona como cualquier otra que sumido en la ira puede perder sus frenos inhibitorios momentáneamente.

Lamento profundamente la referencia que hice a mis hijos a quienes amo profundamente y pido perdón.

ALCIDES»

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