El gobierno comenzó una campaña para convencer a su propio Congreso, horas después de presentar oficialmente la moción. La primera ofensiva la encabezó el secretario de Estado, al anunciar pruebas del uso de gas sarín contra civiles por parte de Siria.

El gobierno de Estados Unidos inició una campaña pública para convencer al Congreso de autorizar un ataque militar contra el gobierno sirio de Bashar Al Assad, una decisión que los legisladores ya anunciaron que tomará, al menos, más de una semana.

La postergación de lo que se presumía era un ataque inminente liderado por Estados Unidos fue celebrada hoy por el presidente sirio Bashar al Assad, quien aseguró que la determinación de su gobierno a «resistir» hizo «fracasar» los planes de Washington.

En declaraciones reproducidas por la televisión estatal siria luego de una reunión con una delegación de apoyo iraní, Al Assad advirtió que la «amenaza» de Estados Unidos de «lanzar un ataque contra Siria no nos llevará a abandonar nuestros principios», informó la agencia de noticias ANSA.

«Creemos que nuestro argumento es fuerte y continúa creciendo cada día»
John Kerry, secretario de Estado

Pero poco parecía importar en Washington hoy las reacciones u opiniones del resto del mundo.

La Casa Blanca comenzó hoy una fuerte campaña pública para convencer a su propio Congreso, apenas horas después de presentar oficialmente en el Capitolio la moción para autorizar el uso de la fuerza militar contra Siria.

La primera ofensiva del gobierno de Obama la encabezó el secretario de Estado John Kerry al anunciar frente a las cámaras que tenía pruebas físicas que demostraban que el gobierno sirio había utilizado gas sarín contra civiles desarmados.

Dijo contar con muestras de pelo y sangre de algunas víctimas que dejó el ataque del pasado 21 de agosto en las afueras de Damasco, en el que, según la oposición siria, murieron cerca de 1.500 civiles.

«Estas muestras dieron positivo», sentenció Kerry ante las cámaras de televisión, según informó la agencia de noticias EFE.

Más tarde, al ser entrevistado por la cadena de noticias estadounidense CNN, Kerry evitó adelantar qué harían si el Congreso se niega a autorizar un ataque contra Siria, como le sucedió el jueves pasado al gobierno británico.

«No contemplamos que el Congreso vaya a votar que no (…) Creemos que nuestro argumento es fuerte y continúa creciendo cada día», respondió y destacó que el presunto uso de armas químicas pone al gobierno de Al Assad en la misma lista que figuras como «Adolf Hitler y Saddam Hussein».

El funcionario además alabó al presidente Barack Obama por su «valentía» al consultar al Congreso, aún cuando no está obligado a hacerlo, y aseguró que lo hizo porque un ataque militar «es más fuerte cuando se tiene tiempo para poder contar con el apoyo del Congreso y, obviamente, del pueblo estadounidense a través de él».

Tras la decisión de Obama de esperar la decisión del Congreso, la atención en Washington y en el mundo entero se trasladó casi de inmediato al Capitolio.

El gobierno francés de Francois Hollande, el mismo que había encabezado los pedidos internacionales de intervención en los últimos días, informó hoy que no tomará una decisión final sobre una intervención militar en Siria hasta no conocer qué pasará en Estados Unidos.

Mientras París optó por esperar, otros actores internacionales intentarán influir en el debate que se abrirá en los próximos días en el Congreso estadounidense.

Uno de ellos es la Coalición Nacional Siria (Cnfros), la principal alianza de dirigentes sirios opositores en el exilio que apoya la lucha armada desde hace dos años y medio en ese país árabe, que ya provocó más de 100.000 muertes.
En un comunicado, reproducido por EFE, la oposición siria en el exilio pidió a los legisladores estadounidenses que castiguen al gobierno de Al Assad, para «transmitir un mensaje claro» a quienes actúan de forma similar.

De lo contrario, advirtió, surgirán «dictaduras que van a fabricar armas químicas y exportarlas».

Desde El Cairo, donde se realizó hoy una cumbre de cancilleres de la Liga Arabe, la cadena de noticias qatarí Al Jazeera, informó que Arabia Saudita intentaba convencer a sus socios regionales de ayudar a presionar a los congresistas y senadores estadounidenses para que den la luz verde final a un ataque contra Damasco.

«Le pedimos a la comunidad internacional que detenga esta agresión contra el pueblo sirio con todo su poder», reclamó el canciller saudita Saud al-Faisal ante el pleno de la liga.

La Cámara de Representantes de Estados Unidos anunció ayer que recién se reunirán a tratar el pedido de autorización de Obama a partir del lunes 9, mientras que el Senado, controlado por el oficialismo, informó hoy que podrían comenzar el debate esta misma semana y votar la próxima.

«Creo que el uso de la fuerza militar contra Siria está justificada y es necesaria», sentenció hoy el jefe de la mayoría demócrata en la Cámara Alta, Harry Reid.

Pese al convencimiento de algunos demócratas, lo cierto es que esta semana será una de comparencias de funcionarios ante el Congreso, discusiones a puerta cerrada y de mucha negociación de pasillo.

No está claro si Obama tiene una víctoria garantizada en el Capitolio y mucho menos en la Cámara Baja donde no goza de mayoría propia.

Las principales dudas actualmente son cómo votará el ala más conservadora del Partido Republicano, nucleados mayormente por la organización Tea Party, y, en el otro extremo, el ala de izquierda del Partido Demócrata, usuales detractores de la tradición belicista de Washington.

«En este momento, yo diría que si la votación fuera hoy probablemente sería un no», aseguró el congresista republicano y ex presidente del Comité de Seguridad Interior, Peter King, en declaraciones hechas hoy a la cadena Fox News.

El presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, también había dejado entrever sus dudas ayer cuando aseguró que «el presidente tiene tiempo para preparar su caso ante el Congreso y el pueblo estadounidense».

En paralelo a las negociaciones y la campaña de presión pública que se lanzaron hoy en Washington, la ONU y los países que no apoyan una intervención militar, como Rusia, China y Alemania, buscarán aprovechar este tiempo para reactivar el debate dentro del Consejo de Seguridad de la ONU, bloqueado hace meses.

El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon anunció que el equipo de investigación que trabajó toda la semana pasada en Siria llevará mañana lunes al laboratorio las muestras que tomaron en las zonas supuestamente atacadas con armas químicas.

Además, adelantó que el martes se presentará ante el Consejo de Seguridad para dar un informe sobre la situación actual en Siria.

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